Tuesday, November 22, 2005
Evidentemente Pee-wee González, el contratenor (léase castrato) de Cumbia Kings, no se puede llamar así, ¿verdad? Pues no, afortunadamente es un pseudónimo. Desafortunadamente su verdadero nombre es Irvin Salinas.
Iniciales
En el 2001 Catherine Millet, una reconocida crítica de arte, publicó La vie sexuelle de Catherine M. Puesto que la obra está firmada con su nombre real y completo, el viejo recurso de la inicial resulta irónico. El libro, dicho sea de paso, es bueno, sus cuatro capítulos se llaman "El número", "El espacio", "El espacio replegado", y "Detalles". Aquellos asiduos a la literatura erótica estarán acostumbrados a esa prosa -cuasi poética- que inteligentemente se deja llevar por profundas reflexiones a partir de experiencias sexuales. Yo no, así que el libro me resulta un poco cansado; salvo quizá las descripciones de sexo grupal, que nunca sobran.
Un caso más reciente (2004)es el de Melissa Paranello, quien también publicó sus memorias sexuales, sólo que teniendo un poco menos de 18 años, las cuales sobrepasan por mucho en cantidad y crudeza a lo esperado, especialmente tomando en cuenta que la mayoría de los hechos suceden cuando tiene 15 . El recurso, humorístico en Millet, en Melissa Paranello es sencillamente pragmático; por su minoría de edad la editorial saca el diaro firmado por Melissa P. En cuanto cumple la mayoría de edad la señorita va por sus 15 minutosde fama, apareciendo ya con su nombre completo en varios programas de televisión. De los fragmentos que he leído, I cento golpi di spazzola prima di andare a dormire (los cien golpes de pincel antes de ir a dormir), es menos inteligente que el trabajo anteriormente mencionado, y si bien parece igual de sincero, desgraciadamente tiende mucho al melodrama. Es la historia mil veces contada de la adolescente con crisis de identidad que busca redimirse a toda costa en el reconocimiento sexual con hombres mayores.
Además del cliché de la autoría de las memorias sexuales, este uso de iniciales para personas y lugares con el fin de lograr una supuesta discreción se volvió un recurso literario más en el romanticismo, quizá porque daba un toque realista a las cartas o novelas escritas como relación de hechos verídicos. Otro factor que no hay que dejar de tomar en cuenta es el principio de economía, quien haya intentado escribir ficción sabrá lo molesto que es pensar en un nombre para un personaje. De provenga quizá el abuso de las iniciales misteriosas, cuyo uso inteligente y con un propósito (como en el caso de Joseph K.) son pocos, y más bien la regla es una trivialización rayando en lo cursi.
Esto permite a Woody Allen burlarse citando este supuesto fragmento de novela en un texto humorístico: "¿Debo casarme con W.? No si no me dice las otras letras de su nombre".
Un caso más reciente (2004)es el de Melissa Paranello, quien también publicó sus memorias sexuales, sólo que teniendo un poco menos de 18 años, las cuales sobrepasan por mucho en cantidad y crudeza a lo esperado, especialmente tomando en cuenta que la mayoría de los hechos suceden cuando tiene 15 . El recurso, humorístico en Millet, en Melissa Paranello es sencillamente pragmático; por su minoría de edad la editorial saca el diaro firmado por Melissa P. En cuanto cumple la mayoría de edad la señorita va por sus 15 minutosde fama, apareciendo ya con su nombre completo en varios programas de televisión. De los fragmentos que he leído, I cento golpi di spazzola prima di andare a dormire (los cien golpes de pincel antes de ir a dormir), es menos inteligente que el trabajo anteriormente mencionado, y si bien parece igual de sincero, desgraciadamente tiende mucho al melodrama. Es la historia mil veces contada de la adolescente con crisis de identidad que busca redimirse a toda costa en el reconocimiento sexual con hombres mayores.
Además del cliché de la autoría de las memorias sexuales, este uso de iniciales para personas y lugares con el fin de lograr una supuesta discreción se volvió un recurso literario más en el romanticismo, quizá porque daba un toque realista a las cartas o novelas escritas como relación de hechos verídicos. Otro factor que no hay que dejar de tomar en cuenta es el principio de economía, quien haya intentado escribir ficción sabrá lo molesto que es pensar en un nombre para un personaje. De provenga quizá el abuso de las iniciales misteriosas, cuyo uso inteligente y con un propósito (como en el caso de Joseph K.) son pocos, y más bien la regla es una trivialización rayando en lo cursi.
Esto permite a Woody Allen burlarse citando este supuesto fragmento de novela en un texto humorístico: "¿Debo casarme con W.? No si no me dice las otras letras de su nombre".
Sunday, November 20, 2005
Aviso Decembrino
Estimados alumnos de la Facultad de Filosofía, debido a que el año pasado nuestro convivio pre-navideño resultó en interminables disputas esta vez hemos decidido dividirlo en distintos grupos, así que les rogamos leer el catálogo de actividades para escoger el evento que más se acople a sus preferencias:
Posada Hegeliana: Los peregrinos recorrerán las casas cantando “en el nombre del looogos, os pido objetivaacioon”; hasta que en una los dejen pasar.
Posada Analítica: Se romperá una piñata con la figura de Hegel.
Posada Popperiana: Se partirá de la hipótesis de que la piñata es irrompible.
Posada Existencialista: La piñata estará vacía.
Posada Marxista: Sólo los que le hayan pegado a la piñata podrán recoger los dulces.
Posada Tomista: Se deducirá la existencia de una piñata a partir de un montículo de frutas regadas.
Posada Kantiana: No se deducirá nada a partir de un montículo de frutas regadas.
Posada Foucaultiana: Se hablará sobre los dulces que no están en la piñata.
Posada Derrideana: La piñata les pegará a los alumnos.
Posada Habermasiana: No se le pegará a la piñata, se discutirá con ella intentando ceñirse a un modelo ideal basado en la pragmática universal, tratando de convencerla de que se rompa.
Posada Eleática: No se romperá nada, el palo no llegará a la piñata nunca.
A todos los alumnos agradecemos de antemano su participación en el festejo que escojan y les deseamos una feliz navidad.
Atte.
Coordinación de Filosofía
Posada Hegeliana: Los peregrinos recorrerán las casas cantando “en el nombre del looogos, os pido objetivaacioon”; hasta que en una los dejen pasar.
Posada Analítica: Se romperá una piñata con la figura de Hegel.
Posada Popperiana: Se partirá de la hipótesis de que la piñata es irrompible.
Posada Existencialista: La piñata estará vacía.
Posada Marxista: Sólo los que le hayan pegado a la piñata podrán recoger los dulces.
Posada Tomista: Se deducirá la existencia de una piñata a partir de un montículo de frutas regadas.
Posada Kantiana: No se deducirá nada a partir de un montículo de frutas regadas.
Posada Foucaultiana: Se hablará sobre los dulces que no están en la piñata.
Posada Derrideana: La piñata les pegará a los alumnos.
Posada Habermasiana: No se le pegará a la piñata, se discutirá con ella intentando ceñirse a un modelo ideal basado en la pragmática universal, tratando de convencerla de que se rompa.
Posada Eleática: No se romperá nada, el palo no llegará a la piñata nunca.
A todos los alumnos agradecemos de antemano su participación en el festejo que escojan y les deseamos una feliz navidad.
Atte.
Coordinación de Filosofía
Los tres estadíos
Los 3 estadíos del filósofo
1- tomar una cátedra 2- dar una cátedra 3- ser una cátedra
Los 3 estadíos del literato:
1- ganar un premio 2- entregar un premio 3- ser un premio
Los 3 estadíos del académico:
1- traducir un porrúa 2- prologar un porrúa 3- ser un porrúa
y finalmente las 3 etapas de una vida exitosa:
1- trabajar en polanco 2- vivir en polanco 3- ser una calle de polanco
[aplausos] Gracias.
1- tomar una cátedra 2- dar una cátedra 3- ser una cátedra
Los 3 estadíos del literato:
1- ganar un premio 2- entregar un premio 3- ser un premio
Los 3 estadíos del académico:
1- traducir un porrúa 2- prologar un porrúa 3- ser un porrúa
y finalmente las 3 etapas de una vida exitosa:
1- trabajar en polanco 2- vivir en polanco 3- ser una calle de polanco
[aplausos] Gracias.
Saturday, November 19, 2005
Lo deseamos, lo necesitamos
Con riesgo de ser lapidado por la comunidad intelectual bloggera y con ánimos exploratorios que espero no pasen por sofisterías, ofrezco algunas reflexiones al lector para concluir con lo que no pocos considerarán una propuesta indecorosa:
a) En algún ensayo señala Borges que las virtudes estrictamente literarias (estructura, estilo) del Quijote no son tantas. Y también dice sin pelos en la lengua que le tienen muy sin cuidado. Obviamente como toda rata de biblioteca disfruta cerdamente de las minucias, sin embargo antes que nada es lector y cede primero a la fascinación espontánea que a la apreciación resultante del análisis.
b) También es verdad que las tecniquerías frecuentemente opacan a la belleza pura. Así fue como quedó Vivaldi prontamente en el olvido, donde permaneció hasta poco antes de la mitad del siglo XX.
c) Una vez que una obra se vuelve canónica y se rodea de un aura de respeto, una vez que se convierte en un clásico frecuentemente se olvida el sencillo placer con que su público original lo engullía. No debemos olvidar las espectaculares representaciones de Shakespeare en el Globe Theater, con efectos especiales (que a la postre acabarían incendiando el teatro), trovadores que laud en mano convertían en canciones los versos pentayámbicos, y juegos de palabras que no podemos clasificar de otra manera más que de "albures" y que seguramente generaban risotadas que en hoy en día rara vez escucharemos en una representación de Shakespeare.
d) Por último cabe señalar a la distancia histórica como componente último pero incuestionable al momento de juzgar los acontecimientos y las producciones de cada tiempo. No pocos desestimaron el cristianismo o el islam como sectas pasajeras. O por el contrario (y para no ir más lejos), cada década desde los 70's la crítica se aventura a predecir de dos o tres bandas que serán los "nuevos Beatles", sin que jamás tal afirmación haya sido cumplida (y por supuesto que llegará quien iguale o supere la popularidad del cuarteto de Liverpool, el problema es saber reconocerlo).
Por lo tanto les digo a los asiduos lectores del Ulises, Bajo el Volcán o La Montaña Mágica; a los kafkianos, grassianos o hessianos; al club de fans de Nabokov; a los estetas que se pasean con un volumen de Elliot y/o de Pessoa bajo el brazo y a los potenciales psicópatas que leen y releen una vieja edición de El guardián en el Centeno: Quizá (es lo único que pido, admitir que quizá) El Señor de los Anillos sea la gran obra de nuestro tiempo.
"An author ought to write for the youth of his own generation, the critics of the next, and the schoolmaster of ever afterwards."
- F. S. Fitzgerald.
Sunday, November 13, 2005
Historia minimalista de méxico
Los errores fundamentales de nuestro país, en mi opinión, no han sido tanto por los traspiés sino porque los más grandes aciertos que por decidia se dejaron pasar sin pena ni gloria. A continuación ofrezco tres hechos históricos en una lista que podría continuar indefinidamente:
a) Se hubiera quedado la bandera de Morelos, con una calavera y dos tibias sobre un fondo negro.
b) La Virgen de Guadalupe hubiera continuado siendo presidenta del congreso como a principios del siglo XIX.
c) Villa no se hubiera bajado de la silla presidencial después de tomarse la foto.
Doy estos golpes de pico esperando la contribución de académicos y ciudadanos preocupados por recuperar estos grandes-pero-efímeros momentos en la vida de nuestra nación.
a) Se hubiera quedado la bandera de Morelos, con una calavera y dos tibias sobre un fondo negro.
b) La Virgen de Guadalupe hubiera continuado siendo presidenta del congreso como a principios del siglo XIX.
c) Villa no se hubiera bajado de la silla presidencial después de tomarse la foto.
Doy estos golpes de pico esperando la contribución de académicos y ciudadanos preocupados por recuperar estos grandes-pero-efímeros momentos en la vida de nuestra nación.
Saturday, November 12, 2005
La gramaticología
Puesto que Larousse no tiene realmente ninguna filosofía y compra los derechos para sus libros siguiendo criterios mercadológicos, un análisis de contenido puede variar en sus resultados considerablemente de un curso a otro. Por ejemplo, Italiano en 40 lecciones resulta un libro extremadamente culto y políticamentve correcto. Además de explicar los orígenes históricos y etimológicos de ciertas palabras, en la sección de datos curiosos después de cada lección se tratan temas como los vinos italianos y las películas de Fellini. En la secció de diálogos en ocasiobnes se encuentran cosas como un acomodador insistiéndole a un ciudadano mayor que tome el descuento que le corresponde, un amable guardia suizo que le explica a un hombre que el museo está cerrado porque el Vaticano al ser un Estado independiente no tiene los mismos días feriados que Italia, y unos amigos discutiendo sobre arte contemporáneo.
Quizá el mismo curso pero de francés es más útil aunque menos edificante, puesto que está centrado mayormente en el turismo y en la comida; o en aspectos prácticos de la vida como la ropa y la habitación. Aún así se encuentran sorpresas como una discusión sobre la revolución estudiantil del 68.
Alemán en 40 lecciones comienza a rayar en lo cuestionable. Los personajes importantes siempre son masculinos, cuando llega a aparecer la secretaria el jefe le pide que le traiga más café. Una de las lecciones es una entrevista que hace una mujer a un matrimonio común para ver si se interesan por la política. Mientras que la mujer parece algo interesada pero con unas bases muy abstractas (por la escuela de los niños) el hombre contesta firmemente que no le interesa en absoluto. Un burgués trabajador digno de aparecer en los Budenbrock, quizá sea el mismo que algunas lecciobnes más tarde discute apasionadamente acerca del Oktoberfest.
Parece una simple coincidencia que los autores de este método prediquen un conservadurismo sexista, sin embargo en un método de editorial Herder que nada tiene que ver, se puede leer en alguna lección:
"Son masculinos:
a) Los nombres de varones y animales machos, y los que designan dignidades, profesiones u oficios propios de varones:
der Lehrer (el maestro), der Schneider (el carpinetero), der Löwe (el león)
[...]
B. Son femeninos
a) Los nombres de mujeres, animales hembras y los que designan empleo u oficio de mujer:
die Magd (la moza, la criada), di Amme (la nodriza) die Henne (la gallina)".
El tradicionalismo del manual de Herder va aún más lejos. El vocabulario de las lecciones es predominantemente rural, con palabras como: el campesino, la comarca, el caballo, el pueblo, la bota, la falda, el aldeano, el parroquiano, el heno, el sembradío, el nido. Estoy ansioso por conocer a algún alemán para preguntarle si la comarca tiene heno suficiente para la vendimia.
El colmo es cuando en lección 10 hay un párrafo en español que uno debe traducir al alemán, donde se encuentra lo siguiente: "¿Estuvisteis en la ciudad? Sí, estuvimos en la ciudad mi hermano y yo; teníamos que comprar algunas cosas".
La siguiente vez que nos preguntemos por qué en Alemania surge una escuela de teoría crítica tan preocupada por cuestiones sociales mientras que en Francia pueden darse el lujo de devaneos postestructuralistas (Baudrillard) y nietzscheanos (Deleuze), o Gianni Vattimo en Italia a desarrollar prolijamente una teoría irracionalista ("filosofia del pensiero debole"), seguiremos igual de confundidos al respecto, pero esta vez tendremos la certeza de que la solución está íntimamente relacionada con los cursos de idiomas.
Quizá el mismo curso pero de francés es más útil aunque menos edificante, puesto que está centrado mayormente en el turismo y en la comida; o en aspectos prácticos de la vida como la ropa y la habitación. Aún así se encuentran sorpresas como una discusión sobre la revolución estudiantil del 68.
Alemán en 40 lecciones comienza a rayar en lo cuestionable. Los personajes importantes siempre son masculinos, cuando llega a aparecer la secretaria el jefe le pide que le traiga más café. Una de las lecciones es una entrevista que hace una mujer a un matrimonio común para ver si se interesan por la política. Mientras que la mujer parece algo interesada pero con unas bases muy abstractas (por la escuela de los niños) el hombre contesta firmemente que no le interesa en absoluto. Un burgués trabajador digno de aparecer en los Budenbrock, quizá sea el mismo que algunas lecciobnes más tarde discute apasionadamente acerca del Oktoberfest.
Parece una simple coincidencia que los autores de este método prediquen un conservadurismo sexista, sin embargo en un método de editorial Herder que nada tiene que ver, se puede leer en alguna lección:
"Son masculinos:
a) Los nombres de varones y animales machos, y los que designan dignidades, profesiones u oficios propios de varones:
der Lehrer (el maestro), der Schneider (el carpinetero), der Löwe (el león)
[...]
B. Son femeninos
a) Los nombres de mujeres, animales hembras y los que designan empleo u oficio de mujer:
die Magd (la moza, la criada), di Amme (la nodriza) die Henne (la gallina)".
El tradicionalismo del manual de Herder va aún más lejos. El vocabulario de las lecciones es predominantemente rural, con palabras como: el campesino, la comarca, el caballo, el pueblo, la bota, la falda, el aldeano, el parroquiano, el heno, el sembradío, el nido. Estoy ansioso por conocer a algún alemán para preguntarle si la comarca tiene heno suficiente para la vendimia.
El colmo es cuando en lección 10 hay un párrafo en español que uno debe traducir al alemán, donde se encuentra lo siguiente: "¿Estuvisteis en la ciudad? Sí, estuvimos en la ciudad mi hermano y yo; teníamos que comprar algunas cosas".
La siguiente vez que nos preguntemos por qué en Alemania surge una escuela de teoría crítica tan preocupada por cuestiones sociales mientras que en Francia pueden darse el lujo de devaneos postestructuralistas (Baudrillard) y nietzscheanos (Deleuze), o Gianni Vattimo en Italia a desarrollar prolijamente una teoría irracionalista ("filosofia del pensiero debole"), seguiremos igual de confundidos al respecto, pero esta vez tendremos la certeza de que la solución está íntimamente relacionada con los cursos de idiomas.
de tamalibus
Los tamales no son algo que haces en tu casa. Es algo que compras en la esquina donde tienen un fogón y una olla vaporosa, en el convento de las monjitas o en algún establecimiento de esos que venden tamales como si fuera comida rápida.
Pues bien, resulta que los tamales sí se pueden hacer, con mixtamal y manteca y algunas horas de esfuerzo (y claro, hojas de maíz).
Sin embargo hay tres mitos respecto a las tamaladas con los que tenemos que terminar:
a) si la masa no flota el tamal no queda esponjoso: a pesar de batir interminablemente la masa uno no logra que flote, en ese momento comienza a ser inverosímil, si nosotros no podemos con un moderno electrodoméstico es inverosímil que en el pasado lograran batirla mejor que nosotros, por lo tanto es imposible lograr que la masa flote
b) hay que poner una moneda en la vaporera: la teoría es que la moneda baila cuando hay agua suficiente y deja de sonar cuando es necesario agregar más, sin embargo por un extraño proceso de electrólisis-hidrólisis-oxidamiento la vaporera nueva queda con una capa negra de dos centímetros de espesor que uno se tarda media hora en quitar
c) los tamales de dulce son rositas: mentira, señor, son cafés por la coloración del piloncillo, eso significa que nos han estado engañando durante años y que esos supuestos tamales dulces que compramos en realidad deben ser de otra cosa
Las tamaladas se asocian a distintas tradiciones. Mientras que los franceses comen algún tipo de rosca el día de la candelaria (que los holandeses convirtieron en el día de la marmota) en México se comen tamales. En El pozo de los ratones, una especie de Decamerón mexicano para niños, la autora intenta reconstruir cómo cuando pasaba las vacaciones en un rancho todos se reunían a contar historias mientras se preparaban los tamales, lo cual no es inverosímil que sucediera puesto que es un poco tardado. Quizá el cuento más memorable es "el compadre del diablo", cuya trama general es parecida a una obra de Tirso de Molina sólo que esta versión es más graciosa, con un diablo mexicano que a diferencia de otros luzbeles oscuros y temibles es ingenioso y se acerca más bien al arquetipo del trickster.
P.S. Madre Verónica, a usted que me enseñó que la teoría de la evolución era falsa en las clases de catecismo (por cierto, sólo refutó a Lamarck, sigo esperando una refutación en forma para el evolucionismo de Darwin) lamento decirle que ya no compraré más tamales en su convento. Quizá con este blog la palabra se divulgará y cada quién comenzará a preparar sus propios tamales, pero no desespere, escuché que el mercado del rompope está a la alza.
Pues bien, resulta que los tamales sí se pueden hacer, con mixtamal y manteca y algunas horas de esfuerzo (y claro, hojas de maíz).
Sin embargo hay tres mitos respecto a las tamaladas con los que tenemos que terminar:
a) si la masa no flota el tamal no queda esponjoso: a pesar de batir interminablemente la masa uno no logra que flote, en ese momento comienza a ser inverosímil, si nosotros no podemos con un moderno electrodoméstico es inverosímil que en el pasado lograran batirla mejor que nosotros, por lo tanto es imposible lograr que la masa flote
b) hay que poner una moneda en la vaporera: la teoría es que la moneda baila cuando hay agua suficiente y deja de sonar cuando es necesario agregar más, sin embargo por un extraño proceso de electrólisis-hidrólisis-oxidamiento la vaporera nueva queda con una capa negra de dos centímetros de espesor que uno se tarda media hora en quitar
c) los tamales de dulce son rositas: mentira, señor, son cafés por la coloración del piloncillo, eso significa que nos han estado engañando durante años y que esos supuestos tamales dulces que compramos en realidad deben ser de otra cosa
Las tamaladas se asocian a distintas tradiciones. Mientras que los franceses comen algún tipo de rosca el día de la candelaria (que los holandeses convirtieron en el día de la marmota) en México se comen tamales. En El pozo de los ratones, una especie de Decamerón mexicano para niños, la autora intenta reconstruir cómo cuando pasaba las vacaciones en un rancho todos se reunían a contar historias mientras se preparaban los tamales, lo cual no es inverosímil que sucediera puesto que es un poco tardado. Quizá el cuento más memorable es "el compadre del diablo", cuya trama general es parecida a una obra de Tirso de Molina sólo que esta versión es más graciosa, con un diablo mexicano que a diferencia de otros luzbeles oscuros y temibles es ingenioso y se acerca más bien al arquetipo del trickster.
P.S. Madre Verónica, a usted que me enseñó que la teoría de la evolución era falsa en las clases de catecismo (por cierto, sólo refutó a Lamarck, sigo esperando una refutación en forma para el evolucionismo de Darwin) lamento decirle que ya no compraré más tamales en su convento. Quizá con este blog la palabra se divulgará y cada quién comenzará a preparar sus propios tamales, pero no desespere, escuché que el mercado del rompope está a la alza.
Friday, November 11, 2005
Les blogs
En alguna ocasión dijo Baudrillard que la verdadera modernidad era la de los Estados Unidos, "a nosotros nos llegó la versión doblada y subtitulada". Si bien es cierto que la cultura americana se exporta sin escrúpulos, y que los franceses no son la excepción, también cabe mencionar que con frecuencia llevan las cosas un poco más lejos. Ya desde los 40's, los jazzistas americanos que visitaban París se sorpendían al constatar que sus colegas franceses se tomaban a sí mismos y a su música.
No sólo en el jazz puede verse la sobre-asimilación de los franceses. Desavoye, el empresario que importó el concepto de blog logrando crear el sitio de internet más popular en Francia, reunió a cuatro expertos en la rama cibernética para escribir un libro reflexionando sobre este fenómeno.
Desgraciadamente los participantes son consultores y reconocidos webmasters, y no sociólogos o filósofos, pues sospecho que de ser así el análisis hubiera resultado más interesante (de lo que he podido ver el libro no parece aportar reflexiones que vayan más allá del sentido común). Sin embargo de ser así se hubieran visto obligados a invitar a Baudrillard, a quien nadie hubiera podido pararle la boca debido a que el fenómeno blog le viene como anillo al dedo para comprobar todas sus teorías.
No sólo en el jazz puede verse la sobre-asimilación de los franceses. Desavoye, el empresario que importó el concepto de blog logrando crear el sitio de internet más popular en Francia, reunió a cuatro expertos en la rama cibernética para escribir un libro reflexionando sobre este fenómeno.
Desgraciadamente los participantes son consultores y reconocidos webmasters, y no sociólogos o filósofos, pues sospecho que de ser así el análisis hubiera resultado más interesante (de lo que he podido ver el libro no parece aportar reflexiones que vayan más allá del sentido común). Sin embargo de ser así se hubieran visto obligados a invitar a Baudrillard, a quien nadie hubiera podido pararle la boca debido a que el fenómeno blog le viene como anillo al dedo para comprobar todas sus teorías.
Thursday, November 10, 2005
No hay banda.
En una partida de bingo (Jack o Caliente, si prefieren) uno de los participantes comienza a levantar los brazos y a señalar su cartón. El juego continúa sin que nadie lo note. Ansioso por hacer notar su triunfo se levanta y hace aspavientos aún más llamativos. Ya en su desesperación se abre el cierre del pantalón como puede. La persona de al lado dice "¡Oigan todos! ¡El mudito se la sacó!".
Pues bien, esta pequeña historia me sirve para expresar el estado psicológico provocado por la afasia, que en mi caso mutatis mutandi, ha sido una larga avería de teclado que hoy -si bien no ha llegado a su fin- ha sido temporalmente resuelta.
El mismo Abraham cuando descreyó de la promesa de Yahvé de que su esposa le daría un hijo (una falta de fe que por su parte es comprensible, tomando en cuenta que la señora rondaba los 80), como castigo perdió el habla; aunque Derrida dispuesto a torcer las cosas como siempre, señala en Donner la morte respecto a la historia bíblica que el verdadero silencio es el habla. La idea no es nueva, y si mal no recuerod en The Pillow Book el libro del silencio de la moderna Sei Shonagon estaba trazado en la lengua de uno de sus libros vivientes.
Un caso contrario, pero tan milagroso como el de Abraham, quizá sea el de Hellen Keller, que siendo sorda aprendió a hablar colocando su mano en las cuerdas vocales de su maestra Anne Sullivan. O más dramático aún, cuando se puede hablar y se escoge el silencio. Silent Bob es insuperable en esto, y en los contados momentos en que habla sus palabras no pasan desapercibida.
Algo tendría que aprender de él, yo que siempre hablo de más.
Tras haber recuperado la voz (léase "el teclado") intentaré escribir con una sabiduría digna de Silent Bob, o al menos dejaré atrás ese horror vacui que hace que uno comience a llenar espacios cuando más bien habría que crearlos.
Pues bien, esta pequeña historia me sirve para expresar el estado psicológico provocado por la afasia, que en mi caso mutatis mutandi, ha sido una larga avería de teclado que hoy -si bien no ha llegado a su fin- ha sido temporalmente resuelta.
El mismo Abraham cuando descreyó de la promesa de Yahvé de que su esposa le daría un hijo (una falta de fe que por su parte es comprensible, tomando en cuenta que la señora rondaba los 80), como castigo perdió el habla; aunque Derrida dispuesto a torcer las cosas como siempre, señala en Donner la morte respecto a la historia bíblica que el verdadero silencio es el habla. La idea no es nueva, y si mal no recuerod en The Pillow Book el libro del silencio de la moderna Sei Shonagon estaba trazado en la lengua de uno de sus libros vivientes.
Un caso contrario, pero tan milagroso como el de Abraham, quizá sea el de Hellen Keller, que siendo sorda aprendió a hablar colocando su mano en las cuerdas vocales de su maestra Anne Sullivan. O más dramático aún, cuando se puede hablar y se escoge el silencio. Silent Bob es insuperable en esto, y en los contados momentos en que habla sus palabras no pasan desapercibida.
Algo tendría que aprender de él, yo que siempre hablo de más.
Tras haber recuperado la voz (léase "el teclado") intentaré escribir con una sabiduría digna de Silent Bob, o al menos dejaré atrás ese horror vacui que hace que uno comience a llenar espacios cuando más bien habría que crearlos.