Lo deseamos, lo necesitamos
Con riesgo de ser lapidado por la comunidad intelectual bloggera y con ánimos exploratorios que espero no pasen por sofisterías, ofrezco algunas reflexiones al lector para concluir con lo que no pocos considerarán una propuesta indecorosa:
a) En algún ensayo señala Borges que las virtudes estrictamente literarias (estructura, estilo) del Quijote no son tantas. Y también dice sin pelos en la lengua que le tienen muy sin cuidado. Obviamente como toda rata de biblioteca disfruta cerdamente de las minucias, sin embargo antes que nada es lector y cede primero a la fascinación espontánea que a la apreciación resultante del análisis.
b) También es verdad que las tecniquerías frecuentemente opacan a la belleza pura. Así fue como quedó Vivaldi prontamente en el olvido, donde permaneció hasta poco antes de la mitad del siglo XX.
c) Una vez que una obra se vuelve canónica y se rodea de un aura de respeto, una vez que se convierte en un clásico frecuentemente se olvida el sencillo placer con que su público original lo engullía. No debemos olvidar las espectaculares representaciones de Shakespeare en el Globe Theater, con efectos especiales (que a la postre acabarían incendiando el teatro), trovadores que laud en mano convertían en canciones los versos pentayámbicos, y juegos de palabras que no podemos clasificar de otra manera más que de "albures" y que seguramente generaban risotadas que en hoy en día rara vez escucharemos en una representación de Shakespeare.
d) Por último cabe señalar a la distancia histórica como componente último pero incuestionable al momento de juzgar los acontecimientos y las producciones de cada tiempo. No pocos desestimaron el cristianismo o el islam como sectas pasajeras. O por el contrario (y para no ir más lejos), cada década desde los 70's la crítica se aventura a predecir de dos o tres bandas que serán los "nuevos Beatles", sin que jamás tal afirmación haya sido cumplida (y por supuesto que llegará quien iguale o supere la popularidad del cuarteto de Liverpool, el problema es saber reconocerlo).
Por lo tanto les digo a los asiduos lectores del Ulises, Bajo el Volcán o La Montaña Mágica; a los kafkianos, grassianos o hessianos; al club de fans de Nabokov; a los estetas que se pasean con un volumen de Elliot y/o de Pessoa bajo el brazo y a los potenciales psicópatas que leen y releen una vieja edición de El guardián en el Centeno: Quizá (es lo único que pido, admitir que quizá) El Señor de los Anillos sea la gran obra de nuestro tiempo.
"An author ought to write for the youth of his own generation, the critics of the next, and the schoolmaster of ever afterwards."
- F. S. Fitzgerald.
2 Comments:
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¡Estoy contigo!
¿Por cierto como va la lectura? ya?
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