La gramaticología
Puesto que Larousse no tiene realmente ninguna filosofía y compra los derechos para sus libros siguiendo criterios mercadológicos, un análisis de contenido puede variar en sus resultados considerablemente de un curso a otro. Por ejemplo, Italiano en 40 lecciones resulta un libro extremadamente culto y políticamentve correcto. Además de explicar los orígenes históricos y etimológicos de ciertas palabras, en la sección de datos curiosos después de cada lección se tratan temas como los vinos italianos y las películas de Fellini. En la secció de diálogos en ocasiobnes se encuentran cosas como un acomodador insistiéndole a un ciudadano mayor que tome el descuento que le corresponde, un amable guardia suizo que le explica a un hombre que el museo está cerrado porque el Vaticano al ser un Estado independiente no tiene los mismos días feriados que Italia, y unos amigos discutiendo sobre arte contemporáneo.
Quizá el mismo curso pero de francés es más útil aunque menos edificante, puesto que está centrado mayormente en el turismo y en la comida; o en aspectos prácticos de la vida como la ropa y la habitación. Aún así se encuentran sorpresas como una discusión sobre la revolución estudiantil del 68.
Alemán en 40 lecciones comienza a rayar en lo cuestionable. Los personajes importantes siempre son masculinos, cuando llega a aparecer la secretaria el jefe le pide que le traiga más café. Una de las lecciones es una entrevista que hace una mujer a un matrimonio común para ver si se interesan por la política. Mientras que la mujer parece algo interesada pero con unas bases muy abstractas (por la escuela de los niños) el hombre contesta firmemente que no le interesa en absoluto. Un burgués trabajador digno de aparecer en los Budenbrock, quizá sea el mismo que algunas lecciobnes más tarde discute apasionadamente acerca del Oktoberfest.
Parece una simple coincidencia que los autores de este método prediquen un conservadurismo sexista, sin embargo en un método de editorial Herder que nada tiene que ver, se puede leer en alguna lección:
"Son masculinos:
a) Los nombres de varones y animales machos, y los que designan dignidades, profesiones u oficios propios de varones:
der Lehrer (el maestro), der Schneider (el carpinetero), der Löwe (el león)
[...]
B. Son femeninos
a) Los nombres de mujeres, animales hembras y los que designan empleo u oficio de mujer:
die Magd (la moza, la criada), di Amme (la nodriza) die Henne (la gallina)".
El tradicionalismo del manual de Herder va aún más lejos. El vocabulario de las lecciones es predominantemente rural, con palabras como: el campesino, la comarca, el caballo, el pueblo, la bota, la falda, el aldeano, el parroquiano, el heno, el sembradío, el nido. Estoy ansioso por conocer a algún alemán para preguntarle si la comarca tiene heno suficiente para la vendimia.
El colmo es cuando en lección 10 hay un párrafo en español que uno debe traducir al alemán, donde se encuentra lo siguiente: "¿Estuvisteis en la ciudad? Sí, estuvimos en la ciudad mi hermano y yo; teníamos que comprar algunas cosas".
La siguiente vez que nos preguntemos por qué en Alemania surge una escuela de teoría crítica tan preocupada por cuestiones sociales mientras que en Francia pueden darse el lujo de devaneos postestructuralistas (Baudrillard) y nietzscheanos (Deleuze), o Gianni Vattimo en Italia a desarrollar prolijamente una teoría irracionalista ("filosofia del pensiero debole"), seguiremos igual de confundidos al respecto, pero esta vez tendremos la certeza de que la solución está íntimamente relacionada con los cursos de idiomas.
Quizá el mismo curso pero de francés es más útil aunque menos edificante, puesto que está centrado mayormente en el turismo y en la comida; o en aspectos prácticos de la vida como la ropa y la habitación. Aún así se encuentran sorpresas como una discusión sobre la revolución estudiantil del 68.
Alemán en 40 lecciones comienza a rayar en lo cuestionable. Los personajes importantes siempre son masculinos, cuando llega a aparecer la secretaria el jefe le pide que le traiga más café. Una de las lecciones es una entrevista que hace una mujer a un matrimonio común para ver si se interesan por la política. Mientras que la mujer parece algo interesada pero con unas bases muy abstractas (por la escuela de los niños) el hombre contesta firmemente que no le interesa en absoluto. Un burgués trabajador digno de aparecer en los Budenbrock, quizá sea el mismo que algunas lecciobnes más tarde discute apasionadamente acerca del Oktoberfest.
Parece una simple coincidencia que los autores de este método prediquen un conservadurismo sexista, sin embargo en un método de editorial Herder que nada tiene que ver, se puede leer en alguna lección:
"Son masculinos:
a) Los nombres de varones y animales machos, y los que designan dignidades, profesiones u oficios propios de varones:
der Lehrer (el maestro), der Schneider (el carpinetero), der Löwe (el león)
[...]
B. Son femeninos
a) Los nombres de mujeres, animales hembras y los que designan empleo u oficio de mujer:
die Magd (la moza, la criada), di Amme (la nodriza) die Henne (la gallina)".
El tradicionalismo del manual de Herder va aún más lejos. El vocabulario de las lecciones es predominantemente rural, con palabras como: el campesino, la comarca, el caballo, el pueblo, la bota, la falda, el aldeano, el parroquiano, el heno, el sembradío, el nido. Estoy ansioso por conocer a algún alemán para preguntarle si la comarca tiene heno suficiente para la vendimia.
El colmo es cuando en lección 10 hay un párrafo en español que uno debe traducir al alemán, donde se encuentra lo siguiente: "¿Estuvisteis en la ciudad? Sí, estuvimos en la ciudad mi hermano y yo; teníamos que comprar algunas cosas".
La siguiente vez que nos preguntemos por qué en Alemania surge una escuela de teoría crítica tan preocupada por cuestiones sociales mientras que en Francia pueden darse el lujo de devaneos postestructuralistas (Baudrillard) y nietzscheanos (Deleuze), o Gianni Vattimo en Italia a desarrollar prolijamente una teoría irracionalista ("filosofia del pensiero debole"), seguiremos igual de confundidos al respecto, pero esta vez tendremos la certeza de que la solución está íntimamente relacionada con los cursos de idiomas.
2 Comments:
Habrá que esperar el método de rumano de larousse, o bien, pedirle a catalina un método para averigüar si el vocabulario fundamental comprende palabras como nostalgia, dolor, desgarradura, amargura, infelicidad, vació existencial, (¿vampiro? ja), ya que si así fuera podríamos comprender mejor a cioran.
Gran post.
hmmmm... ke hay de la mamoneria de tarsicio y su "latin en frases celebres"
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