Sunday, October 09, 2005

¿De qué manera te olvido?

Durante años los niños franceses para aprenderse las conjunciones (mais, ou, et, donc, or, ni, car) han utilizado la siguiente frase como mnemotecnia: "Mais où est donc Ornicar?" (y dónde está pues Ornicar). En verdad no sé por qué alguién querría buscar a una persona con ese nombre, pero la tradición está firmemente arraigada.
En México algunas normalistas que alcanzaron a ver Don Gato en su infancia utilizaron al famoso violinista Elaslolosla para los artículos determinados (el, las, lo, los, la), evidentemente la broma ya estaba presente desde que se hizo el doblaje y quizá la mnemotecnia ya existía (por cierto que Don Gato fue un éxito en México por las voces -entre ellas la de Jorge Arvizu, el Tata- mientras que en su país de origen fue un rotundo fracaso.
En las clases de biología todos recordamos a aquella sustancia cuyas propiedades bastan para crear las condiciones de la vida, el inolvidable CHONPS; que en realidad es un acrónimo formado por las abreviaturas de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre.
También existen las mnemotecnias personales, que pueden llegar a ser muy tontas; quienes hayan estudiado en la Prepa UP no pueden olvidar el "Pancho Villa sobre Torreón" del Vato, hecho especialmente para recordar la ley de Boyle-Mariotte (Presión por volumen entre temperatura, PV/T).
Para terminar, los niños gringos aprenden a amarrarse las agujetas con una historia que va describiendo los distintos momentos del proceso "the bunny around the tree and into the hole...". Podría parecer que objetivar el amarrado de agujetas en una narración es tan sólo una excentricidad más del ocioso imperio, sin embargo yo si tuve problemas para amarrarme las agujetas. Aprendí hasta los siete años, porque siempre que intentaba llegaba un momento en que había que pasar la cinta por arriba o por abajo y yo dudaba y siempre terminaba haciéndolo por arriba. La gente pensaba que yo era idiota o algo así, e incluso a los seis años tuve sesiones especiales con una maestra que intentó enseñarme sin éxito.
Quizá me hubiera servido la historia del conejito, quizá no. Tal vez los estadounidenses alimentan una represión psicótica cada vez que se amarran las agujetas, generando imágenes inconscientes de un roedor escondiéndose en su madriguera. O acaso los niños galos tengan una experiencia kafkiana de Ornicar, a quien pasan toda su vida esperando con una mezcla de deseo y temor.

2 Comments:

Blogger La Ch said...

A veces ese tipo de cosas son importantes. Cuando uno desea ejercitar la memoria nos puede ayudar mucho. Hoy aprendí cosas nuevas que estoy segura de olvidar muy pronto, como las conjunciones en francés. Por el otro lado, yo también tarde en aprender lo de las agujetas. Hace poco tiempo me enseñaron el truco del conejo cuando me quejaba al respecto. Y dije que ya era bastante tarde...

12:45 PM  
Blogger lafiebredelmono said...

Yo ya no recuerdo ningún telefóno, los fui olvidando todos desde que uso telefonos celulares. La memoria es algo divertido, va dicriminando cosas a su parecer, sin preguntarnos cuando vamos a necesitar la información.

6:39 PM  

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