Zen en el arte de bloggear
Ray Bradbury dice que para escribir hay que tener "garra". No, eso no lo dice Ray Bradbury, lo dice una mala traducción de Zen in the art of writing. Habría que admitir que es un título un poco estúpido, si no es porque el artículo homónimo de alguna manera lo justifica. Dice lo que todos ya sabemos aquí en el fantástico-mundo-blog, que para escribir sólo hay que ponerse a escribir y a la chingada.
Las tentaciones. Quisiera pensar que son tres, pero eso es sólo por mis deseos de hacer un paralelismo con el evangelio (documento histórico que aprecio mucho, por probar que las proezas más grandes siempre son realizadas por judíos).
En primer lugar, crear una obra, ya sea en plan tipo "conozco la obra de neruda" o en plan "no logro llegar al fondo de esta obra". Quiero decir, tanto como totalidad como en el aspecto individual. En el manifiesto de Lars von Tier, Dogme 95, uno de los puntos dice "Reununcio a ser un artista y a crear una obra, deseo sacar el instante de los personajes y las situaciones". No son palabras exactas, pero creo que estoy captando lo esencial. El punto es que ese tipo de actitud -ser un artista- echa a perder todo. Balas sobre Broadway de Woody Allen es casi un tratado de lo que debería ser un artista. El dramaturgo se rompe la cabeza creando una obra mientras que el gatillero simplemente sabe qué es lo correcto, qué personajes debe haber. No quiere que su drama logre nada ni quede de determinado modo, sólo quiere que quede bien, sólo tiene un sentido de lo que es correcto, no en general sino en situaciones concretas. Ser "romántico" tiene sus pretensiones, por supuesto que sí, para empezar la de alcanzar una especie de verdad individual. Ser clásico, desde esta perspectiva, aparece como la cura, la literatura la hacemos entre todos, nadie es único y especial, todos los temas en el arte se repiten, las 33 (o lo que sea, quizá me estoy confundiendo con el número de sabores de Baskin Robbins) situaciones dramáticas, etc, etc, etc. Sin embargo el clasicismo también jode todo. ¿Para qué extenderme? Primera lección: todo jode todo.
Segunda tentación, la dialéctica de los tres binomios. El primer binomio, querer que le guste a los lectores no querer que le guste a los lectores, o más bien no preocuparse. Segundo binomio, que sea importante lo anterior o que no sea importante. Es decir, entrar en la dicotomía de si la literatura es una tarea personal o no, o hasta que punto. La pretensión de "escribo para mí", la poca ambición del "escribo para entretener". Tercer binomio, tomar postura o no tomar postura. Por lo tanto no hay que dejar de tomar postura, pues esto sería caer en el tercer binomio. Simplemente mandar todo esto al carajo.
Segunda lección: hay que mandar todo al carajo.
Tercera tentación dejarse guiar por las palabras. Tercera tentación prima, no dejarse guiar por las palabras, meter a un yo-personal-responsable que tome cartas en el asunto y sea el sujeto del predicado "escribir". Preguntarse por un por-qué, responder porque-sí, el elenco de mamadas es infinito y no creo cubrirlo en un párrafo (aunque en teoría un párrafo puede extenderse tanto como uno quiera.
Tercera lección: todo son mamadas.
¿Qué significa escribir con "garra"? Ray Bradbury lo hacía, a veces, es todo lo que sabemos. No podemos ver lo que hay detrás de una mala traducción, tenemos acceso tan sólo a una expresión hispanizante y anticuada, francamente ñoña. Escribir no es el camino del guerrero, escribir no es encontrar la iluminación, escribir no es expresarse ni comunicarse con los demás, escribir no es redimirse, escribir no es reconfigurar, narrar, denunciar, crear, autoconocerse, retratar, proponer, contar, descubrir, dejar testimonio, compensar un día malo frente al cuaderno-máquina-monitor dejando que el dolor se convierta en algo redituable, generar una base de doscientas hojas de textos para meterlas a los concursos y pensar que quizá así uno no tenga que trabajar en una estúpida oficina, exprimir lo último que queda de lucidez antes de perderse por completo en el limbo, escribir para ver que pasa, para retar ese nihilismo tranquilo al que uno ha llegado y que es sencillamente rendirse aunque uno trate de pensar que es madurez para sentirse mejor, intentar romper la soledad haciendo perder a los demás su tiempo, llenar los estantes de las librerías con paja para que sea más difícil encontrar la aguja.
Agradezco a todos sus comentarios. Perdón por no contestar ahí mismo, no sé por qué no me gusta. Es decir, sus comentarios son perfectos, no importa cual sea la situación siempre logran dejar un comentario perfecto.
Esto no es ascesis, esto no es placer. Mis palabras son como un estruendo que te llena de adrenalina, pero luego te das cuenta de que es un globo, en una fiesta, que un niño pisó porque siempre tiene que hacerse el gracioso, ese niño era yo, lo sigo siendo. Gracias por leerme, perdón por escribir.
Las tentaciones. Quisiera pensar que son tres, pero eso es sólo por mis deseos de hacer un paralelismo con el evangelio (documento histórico que aprecio mucho, por probar que las proezas más grandes siempre son realizadas por judíos).
En primer lugar, crear una obra, ya sea en plan tipo "conozco la obra de neruda" o en plan "no logro llegar al fondo de esta obra". Quiero decir, tanto como totalidad como en el aspecto individual. En el manifiesto de Lars von Tier, Dogme 95, uno de los puntos dice "Reununcio a ser un artista y a crear una obra, deseo sacar el instante de los personajes y las situaciones". No son palabras exactas, pero creo que estoy captando lo esencial. El punto es que ese tipo de actitud -ser un artista- echa a perder todo. Balas sobre Broadway de Woody Allen es casi un tratado de lo que debería ser un artista. El dramaturgo se rompe la cabeza creando una obra mientras que el gatillero simplemente sabe qué es lo correcto, qué personajes debe haber. No quiere que su drama logre nada ni quede de determinado modo, sólo quiere que quede bien, sólo tiene un sentido de lo que es correcto, no en general sino en situaciones concretas. Ser "romántico" tiene sus pretensiones, por supuesto que sí, para empezar la de alcanzar una especie de verdad individual. Ser clásico, desde esta perspectiva, aparece como la cura, la literatura la hacemos entre todos, nadie es único y especial, todos los temas en el arte se repiten, las 33 (o lo que sea, quizá me estoy confundiendo con el número de sabores de Baskin Robbins) situaciones dramáticas, etc, etc, etc. Sin embargo el clasicismo también jode todo. ¿Para qué extenderme? Primera lección: todo jode todo.
Segunda tentación, la dialéctica de los tres binomios. El primer binomio, querer que le guste a los lectores no querer que le guste a los lectores, o más bien no preocuparse. Segundo binomio, que sea importante lo anterior o que no sea importante. Es decir, entrar en la dicotomía de si la literatura es una tarea personal o no, o hasta que punto. La pretensión de "escribo para mí", la poca ambición del "escribo para entretener". Tercer binomio, tomar postura o no tomar postura. Por lo tanto no hay que dejar de tomar postura, pues esto sería caer en el tercer binomio. Simplemente mandar todo esto al carajo.
Segunda lección: hay que mandar todo al carajo.
Tercera tentación dejarse guiar por las palabras. Tercera tentación prima, no dejarse guiar por las palabras, meter a un yo-personal-responsable que tome cartas en el asunto y sea el sujeto del predicado "escribir". Preguntarse por un por-qué, responder porque-sí, el elenco de mamadas es infinito y no creo cubrirlo en un párrafo (aunque en teoría un párrafo puede extenderse tanto como uno quiera.
Tercera lección: todo son mamadas.
¿Qué significa escribir con "garra"? Ray Bradbury lo hacía, a veces, es todo lo que sabemos. No podemos ver lo que hay detrás de una mala traducción, tenemos acceso tan sólo a una expresión hispanizante y anticuada, francamente ñoña. Escribir no es el camino del guerrero, escribir no es encontrar la iluminación, escribir no es expresarse ni comunicarse con los demás, escribir no es redimirse, escribir no es reconfigurar, narrar, denunciar, crear, autoconocerse, retratar, proponer, contar, descubrir, dejar testimonio, compensar un día malo frente al cuaderno-máquina-monitor dejando que el dolor se convierta en algo redituable, generar una base de doscientas hojas de textos para meterlas a los concursos y pensar que quizá así uno no tenga que trabajar en una estúpida oficina, exprimir lo último que queda de lucidez antes de perderse por completo en el limbo, escribir para ver que pasa, para retar ese nihilismo tranquilo al que uno ha llegado y que es sencillamente rendirse aunque uno trate de pensar que es madurez para sentirse mejor, intentar romper la soledad haciendo perder a los demás su tiempo, llenar los estantes de las librerías con paja para que sea más difícil encontrar la aguja.
Agradezco a todos sus comentarios. Perdón por no contestar ahí mismo, no sé por qué no me gusta. Es decir, sus comentarios son perfectos, no importa cual sea la situación siempre logran dejar un comentario perfecto.
Esto no es ascesis, esto no es placer. Mis palabras son como un estruendo que te llena de adrenalina, pero luego te das cuenta de que es un globo, en una fiesta, que un niño pisó porque siempre tiene que hacerse el gracioso, ese niño era yo, lo sigo siendo. Gracias por leerme, perdón por escribir.
4 Comments:
Primero buscas las posibilidades lógicas de forma no exhaustiva pero si suficiente. Luego dices ¨todos son mamadas¨ eso ya lo había leido por allí. O tuve un Deja vu, la verdad es que no lo sé. Al final una catarsis que acongoja.
Son las 3 se me paso el horario, te medire con la misma vara. Menos método y más verdad. Extraño los textos del viejo cuco. Creo que este es un buen punto de partida, al menos tienes claro lo que harás, ahora quiero verlo. No dejo de decir que el trabajo sistemático es muy convincente. Gracias y empiezale.
Todo son mamadas! Es verdad! Y de eso es de lo que vivo! (a todo el que lea este comentario: ES IMPORTANTE NOTAR QUE ESTO NO ES LITERAL - en sentido fisiológico-, ENTENDIDO???) Realmente inspirador! Cuando siempre temo escribir, hay alguien como tú que me ayuda a hacerlo, gracias!!!
Escribo este comment con la exquisita certeza de que será considerado anacrónico .
Cada vez que alguien nombra a Lars seguido del Prewoody , no puedo evitar la empatía que esto me genera.
Pretéritamente , he dicho.
me gusta, me gusta! pero no creo que todo sean mamadas. bueno, o todo lo es o nada lo es. prefiero que nada lo sea, para que haya algo interesante, aunque no siempre lo descubra. tu escrito me dice que no todo son mamadas, pues has tomado de lo bueno, para opinar asi.
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