La validez ética del free
Hoy me despertaron para decirme que me llamaba un amigo y me pasaron el teléfono.
- Hola - dijo.
- Soñé que hacías un grupo artístico llamado F.I.L.E.T.E. Un colectivo o algo así.
Él me respondió que si algún día hacía una vanguardia consideraría seriamente el filetismo. Quedamos de vernos por la tarde y aquí estamos bloggeando en computadoras contiguas en un café internet de la condesa.
Dado que tomamos una jarra de cerveza entre los dos puedo decir sin miedo a equivocarme que estamos sobrios. Hace un momento me contó que tuvo recientemente un amorío de tres dias. ¿Tres días? Los amoríos duran un sólo día o ya un mes completo, algunos dirán que he vivido muy poco, pero me pareció francamente extraño el asunto de un amorío de tres días.
Durante ese tiempo mi amigo pasó por la sorpresa del enamoramiento, la alternativa de iniciar una relación de pareja con la mujer en cuestión, la esperanza de que funcionara. Al tercer día el hastío era mutuo, dicho en palabras de mi amigo, "fue el momento, supongo".
En ese momento por alguna razón recordamos a su hermano, quien tras algunos meses de casarse regresó a su casa harto de la vida matrimonial. Y pensar que hay parejas en grados ínfimos de formalidad que duran años y años. Imagino el caso hipotético de dos personas que se ven siempre y que se guardan fidelidad sin que esto sea parte de ningún acuerdo.
A pesar de las críticas de Horkheimer la lógica del contrato es ineludible desde un punto de vista práctico; sin embargo no cuesta nada postular un modelo ideal. (Alguna vez Bertrand Russell, inglés aburrido y pacifista, señaló que el matrimonio era una auto-imposición poco realista y que solo ocasionaba problemas).
Sabiendo que nunca nos vamos a tragar el lomo, podemos al menos escoger el trozo de nuestra preferencia y cortarlo, podemos ser filetistas.
Siendo sincero, estoy lejos de saber qué trozo quiero, pero lo que sé hasta ahora es que me gusta cruda.
- Hola - dijo.
- Soñé que hacías un grupo artístico llamado F.I.L.E.T.E. Un colectivo o algo así.
Él me respondió que si algún día hacía una vanguardia consideraría seriamente el filetismo. Quedamos de vernos por la tarde y aquí estamos bloggeando en computadoras contiguas en un café internet de la condesa.
Dado que tomamos una jarra de cerveza entre los dos puedo decir sin miedo a equivocarme que estamos sobrios. Hace un momento me contó que tuvo recientemente un amorío de tres dias. ¿Tres días? Los amoríos duran un sólo día o ya un mes completo, algunos dirán que he vivido muy poco, pero me pareció francamente extraño el asunto de un amorío de tres días.
Durante ese tiempo mi amigo pasó por la sorpresa del enamoramiento, la alternativa de iniciar una relación de pareja con la mujer en cuestión, la esperanza de que funcionara. Al tercer día el hastío era mutuo, dicho en palabras de mi amigo, "fue el momento, supongo".
En ese momento por alguna razón recordamos a su hermano, quien tras algunos meses de casarse regresó a su casa harto de la vida matrimonial. Y pensar que hay parejas en grados ínfimos de formalidad que duran años y años. Imagino el caso hipotético de dos personas que se ven siempre y que se guardan fidelidad sin que esto sea parte de ningún acuerdo.
A pesar de las críticas de Horkheimer la lógica del contrato es ineludible desde un punto de vista práctico; sin embargo no cuesta nada postular un modelo ideal. (Alguna vez Bertrand Russell, inglés aburrido y pacifista, señaló que el matrimonio era una auto-imposición poco realista y que solo ocasionaba problemas).
Sabiendo que nunca nos vamos a tragar el lomo, podemos al menos escoger el trozo de nuestra preferencia y cortarlo, podemos ser filetistas.
Siendo sincero, estoy lejos de saber qué trozo quiero, pero lo que sé hasta ahora es que me gusta cruda.
2 Comments:
Me parece que tormentas afirma no entender mis relaciones efimeras y las de mi hermano porque se preocupa por mi salud psiquica. Es bueno depositar el frenesí en un recobeco virtual junto a un amigo.
Trenesí. Jajajaja
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