Quédate donde hay canciones (proverbio gitano)
En mi imaginación los gitanos no tienen historia. Las mismas tradiciones, las mismas leyendas, la misma ropa; si acaso algunas adiciones poco significativas. Los gitanos como pueblo ahistórico, viviendo en la eternidad. Así quisiera que fuera, y sin embargo no conozco nada de los gitanos. Sólo puedo entregarme con todo mi corazón a la idea romántica de un pueblo viviendo en la eternidad, con pícaros legendarios en vez de héroes patrios oficiales, con viajes en vez de guerras y conquistas, sin territorio, sin espacio ni tiempo.
Hoy detuve el carro a mitad de la calle para comprar un disco, no sabía cual pero tenía idea que en ese puesto vendían jazz. Hacía algunas horas había comprado un disco de un trío de piano completamente desconocido tocando clásicos insoportables como "Unforgettable", y otros buenos como "Summertime" pero de manera insoportable. En verdad este disco justifica el prejuicio de que los tríos de piano son para bar de hotel. Así que mi lujuria de jazz no había quedado saciada.
En lugar de lo que buscaba encontré un disco de world music con canciones gitanas. Siempre que puedo hablo en contra de la world music. A pesar de considerarme cosmopolita, globalifílico -sí, también en lo económico- y antinacionalista, no puedo dejar de ver con horror la manera en que esa esponja crece y crece absorbiendo la música tradicional y vertiéndola llena de moho en las bocas insaciables de los consumidores sedientos de otredad.
En verdad es un poco estúpido proteger las tradiciones, si esa política hubiera triunfado hace mucho tiempo hoy no existirían las tradiciones que los tradicionalistas quieren proteger. Pero también es verdad que antes no existía La Esponja. Esta colección en particular la tengo en muy mal concepto, en alguna ocasión escuché el disco temático de música mexicana para darme una idea de qué tan malos serían los demás y me pareció una horrenda caricatura.
A pesar de todo este disco me encantó. Esa cosa que suena como clarinete y que es como una flauta de madera (momento, ¿no es eso un clarinete?), ese swing de guitarra que suena como Django y que ahora sincretizado con el jazz como subgénero en honor al Príncipe recibe el nombre de gypsy.
Siento la urgencia de encontrar un antepasado gitano. Alguna vez busqué en vano prolongar mi línea materna hasta llegar a una mujer judía. Lo más que he conseguido es ser irlandés en quinta o sexta generación. Me encanta el whiskey pero no sé pelear, supongo que los genes se han deteriorado con el tiempo. No me sorprendería ser gitano por mi modo rasposo de cantar, la baraja de tarot que guardo en un cajón o mi dote de agilidad para robar refrescos de la cafetería (y que para sorpresa de algunos cínicos, pago después).
Para Hobbes los pueblos así como los individuos en un principio, se encuentran en estado natural. Rousseau debería haber hecho una extrapolación similar de su buen salvaje con los gitanos.
Hoy detuve el carro a mitad de la calle para comprar un disco, no sabía cual pero tenía idea que en ese puesto vendían jazz. Hacía algunas horas había comprado un disco de un trío de piano completamente desconocido tocando clásicos insoportables como "Unforgettable", y otros buenos como "Summertime" pero de manera insoportable. En verdad este disco justifica el prejuicio de que los tríos de piano son para bar de hotel. Así que mi lujuria de jazz no había quedado saciada.
En lugar de lo que buscaba encontré un disco de world music con canciones gitanas. Siempre que puedo hablo en contra de la world music. A pesar de considerarme cosmopolita, globalifílico -sí, también en lo económico- y antinacionalista, no puedo dejar de ver con horror la manera en que esa esponja crece y crece absorbiendo la música tradicional y vertiéndola llena de moho en las bocas insaciables de los consumidores sedientos de otredad.
En verdad es un poco estúpido proteger las tradiciones, si esa política hubiera triunfado hace mucho tiempo hoy no existirían las tradiciones que los tradicionalistas quieren proteger. Pero también es verdad que antes no existía La Esponja. Esta colección en particular la tengo en muy mal concepto, en alguna ocasión escuché el disco temático de música mexicana para darme una idea de qué tan malos serían los demás y me pareció una horrenda caricatura.
A pesar de todo este disco me encantó. Esa cosa que suena como clarinete y que es como una flauta de madera (momento, ¿no es eso un clarinete?), ese swing de guitarra que suena como Django y que ahora sincretizado con el jazz como subgénero en honor al Príncipe recibe el nombre de gypsy.
Siento la urgencia de encontrar un antepasado gitano. Alguna vez busqué en vano prolongar mi línea materna hasta llegar a una mujer judía. Lo más que he conseguido es ser irlandés en quinta o sexta generación. Me encanta el whiskey pero no sé pelear, supongo que los genes se han deteriorado con el tiempo. No me sorprendería ser gitano por mi modo rasposo de cantar, la baraja de tarot que guardo en un cajón o mi dote de agilidad para robar refrescos de la cafetería (y que para sorpresa de algunos cínicos, pago después).
Para Hobbes los pueblos así como los individuos en un principio, se encuentran en estado natural. Rousseau debería haber hecho una extrapolación similar de su buen salvaje con los gitanos.
2 Comments:
En esta semana, mientras intentaba conciliar el sueño, la televisión pasó un grupo que yo quise llamar "banda de gitanos" no estoy segura de que fueran pero bueno, te paso el dato: TARAF DE HAIDOUKS.
Por otra parte, sabes que alguien sí que creyó que tu apellido era "blabla-berg" (para no hacerte mal con eso de dar tus datos).
Alguna vez vi una película donde encierran a un grupo de personas por la guerra, durante una generación ( o algo así), en una especie de sótano. Me parece que se llamaba "deconstrucción" (¿¿??); no estoy segura del nombre, pero lo que más me gustó fue una "banda de gitanos" que tocan durante toda la película, estando en escena. Esas personas, a pesar de tener un origen, decidieron cortar con el paso del tiempo y con lo que les ataba a esa tierra para no sufrir los horrores del mundo. Creo que así veo a los gitanos ( y, hasta cierto punto, también me veo de esa manera).
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