Spacehog fue una de esas bandas de mitades de los noventa que no lograron hacer la transición al nuevo milenio. Quizá haya una cierta nobleza en ser uno de esos tesoros ocultos, no como Vivaldi que vivió bajó el polvo un tiempo, sino de los que por su naturaleza misma están destinados a no superar una cierta popularidad.
Muchos considerarán a la banda un one hit wonder por el no-tan-representativo int he Meantime (una canción hermosa, por cierto), pero en esa misma ópera prima llamada Resident Alien hay grandes cosas. A pesar de que la temática tiende a ser recurrente con lso viajes espaciales y de que el disco sí es en buena medida conceptual no por ello el sonido comienza a desgastarse. Musicalmente es paradójico, por una parte sí es simplemente una banda "alternativa" más de las que surgieron masivamente cuando las disqueras se dieron cuenta de que la música no-comercial era en aquél momento la más redituable; sin embargo el sonido es único. Para empezar, la voz de Anthony Langdon (hoy FELIZ esposo de Liv Tyler) es de esas que tienen un sello inconfundible, con la fortuna además de que si no está musicalmente entrenada al menos se escucha como si lo estuviera, los falsetes son comunes en su repertorio de trucos vocales. Los backing vocals (quizá del mismo Anthony o de Royston Langdon) son de lo mejor y aparecen en los momentos justos En lo demás hay que entender que Sacehog fue más bien una banda de estudio, entre guitarras acústicas sonidos electrónicos y voces en segundo plano los tracks logran ese efecto de que uno está escuchando algo único y perfecto y no simplemente una interpretación (quizá los Beatles fueron los primeros en lograr eso). Canciones como I am the last dictator y We are never coming down combinan lo sombrío de la ciencia ficción con un estado de ánimo lúdico, parece ser un disco para producir sentimientos fuera de la convivencia ordinaria, sentimientos de otro planeta. Eso sí, hay que reconocer que es un disco con altos y bajos, y que los bajos muchas veces están por debajo de lo que uno esperaría de los hermanos Langdon.
Y sin embargo es un disco completamente normal, a diferencia de The Chinese Album, su obra maestra y uno de los mejores discos de la década. Las canciones son experimentales en la forma, pero sobre todo son experimentales de raíz. No se entienda aquí experimental como ese lujo de diva que se pueden dar algunos (como Lou Reed) de realizar música ininteligible. No, no, estas son canciones que se pueden cantar y tocar, con verso coro verso y todo lo que dios manda, sin embargo tienen algo difícil de encasillar. En general el disco -con banyo eléctrico, sampleos electrónicos, moog, voces robóticas, piano con efecto de chorus- produce incomodiad y alegría, como una guapa chica que no conocemos y se acerca a hablar con nosotros. Como una guapa chica que nos recuerda el pasado y nos pone tristes porque ya no existe pero a la vez nos recuerda que alguna ve amamos intensamente la vida. Lucy lost her shoe y Skylark hacen gala de un sonido beatlesco retorcido, mientras que hay otras cursilerías se limitan a ser canciones melancólicas más bien pop (como Almond Kisses, con Michael Stipe). Otras como Sand in your eyes y I am anonymous son raras, muy raras, y extrañamente pegajosas; otra también algo oscura pero tirándole más hacia el rock es Mungo City. Carry on sencillamente lleva a su máxima expresión el sonido original Spacehog, en mi caso todavía me produced euforia. En fin, The Chinese Album nunca será lo suficientemente valorado.
La despedida de Spacehog tristemente no es demasiado buena. The Hogyssey, buen título, hacer el tema de 2001 (Also spracht Zarathustra) en versión Spacehog (por suerte instrumental) fue un detalle simpático, pero el disco no termina de dar el golpe. Ninguna canción es mala, pero realmente no hay cohesión, y pocas son memorables. "This is america" está hecha como una canción estúpida de rock alternativo, suena como un detalle genial, pero al final no estamos oyendo una canción de spacehog sino a spacehog parodiando un estilo musical bobo. Otros temas fallan por exceso de autoconciencia, por esforzarse demasiado en sonar como Spacehog, riesgo que no corren en The Earthquake, un plagio inconsciente (esperemos) de Pearl Jam. Hay que agregar como 3 baladas de esas que más que melancólicas terminan por ser deprimentes y eso sí, dos grandes joyas. Be my Jupiter's moon, y la mejor de todo el disco Want to Live, que retoma los primeros elementos de la banda con mayor madurez. De hecho todo Hogyssey es como un regreso a Resident Alien después de haber pasado por The Chinese Album; y ya Kierkegaard se encargó de advertir acerca de la perversidad que surge cuando se quiere revivir la inocencia de manera forzada y por motivos estéticos, que en este caso dan la impresión de ser al menos en parte comerciales.
Por suerte, por aquello de no quedarse con mal sabor de boca, hace unos meses encontré varios b-sides en una supeusta página de fans que más bien se dedicaba a vender memorabilia. The Isle of Manhattan es de esas canciones oscuras-bizarras como Being for the beneffit of Mr. Kite (Beatles) o Slacker Bitch (Placebo) que uno no se cansa de escuchar. Resalta el coro, cantado con voz fantasmal: "Let go your soul / Let go your soul".
Me quedo con eso. Porque Spacehog es volar en el espacio o perderte en tu propio cerebro o respirar profundo y no querer que ese momento acabe.
Pero mientras tanto les dejo un video: