Todo empezó cuando me disculpaba por teléfonopor no poder asistir a una reunión que ya había comenzado:
- Ya estamos aquí esperándote, ¿no vas a venir?
- ¿Bueno? Viejo, no voy a poder. Me regalaron boletos para el ballet.
- ¿Qué? (gritando) ¿Que vas a ir al ballet?
- Sí. Fíjate que hoy me acaban de regalar...
- ¿BALLET? ¿VAS A-IR-AL-BALEEEEEEEEEEEET?
- Sí, por eso no puedo... empieza a las 8:00 pm.
- Ven cuando salgas del BALET (gritando).
Bien, supongo que esa conversación explica por qué cuando llegué todo el mundo me preguntaba por el ballet. "¿Qué tal estuvo el ballet?" Y yo a todos les dije que bien. Sin embargo mi experiencia todavía no estaba completa porque no había llegado a redondearla con una obligada búsqueda en wikipedia, donde pude averiguar lo siguiente.
El lago de los cisnes, aunque guarda similitudes con varias leyendas populares, no es una de ellas. En tiempos de Tchaikovsky salió una versión con un libreto, la cual fue un fracaso. Tras una revisión (incluyendo la música, pero sobre todo del baile), a finales del siglo XIX salió una versión que resultó todo un éxito.
Sin embargo esto creó un amasijo de versiones, debido a que unos toman ciertas cosas de esta revisión y otros otras, a veces una compañía con la suficiente autoridad hace un cambio importante a la trama y éste continúa como una opción más para quienes desean montar el Lago de los Cisnes.
El problema surge particularmente al final. Como saben, la historia trata del amor de Siegried y Odette que luchan contra un malvado cuyo nombre no recuerdo e insisto en llamar Aus van Der Ruten. Bien, pues Aus van Der Ruten envía a su hija, el cisne negro, idéntico a Odette (quien se transforma en cisne al amanecer todos los días). Sigfrido no reconce la diferencia y le jura amor a Odin. La seducción de Odin alcanza su momento culminante cuando la bailarina (que interpreta ambos papeles, cisne blanco y negro) realiza 32 fouttés en tournant.
Tradicionalmente el verdadero amor triunfa y Odette (buena) logra liberarse del hechizo de Aus van der Ruten que la mantenía con forma de cisne, pues Sigrido la reconoce y se da cuenta de su error. Sin embargo hay algunas versiones donde Odin queda eternamente condenada a ser cisne debido a que Sigrido arruinó todo jurándole amor eterno a Odin (mala). En una de estas versiones, Odette sabiendo que pronto estará condenada a permanecer con forma de cisne, aprovecha su último momento de humanidad para suicidarse. Sigrido, dándose cuenta de su error, se lanza al lago con ella y también se quita la vida. Este último acto de amor rompe el hechizo, no les devuelve sus vidas, pero sí hace que se eleven en una apoteosis final donde son redimidos. Sin embargo el gobierno de la URSS censuró esta versión, alegando que "la clase trabajadora del País del Gran Octubre se merece el final feliz y no el deprimente".
Creo que apoyo al gobierno soviético, porque yo por mi parte no tenía muchas ganas de sufrir estéticamente y el final feliz me gustó, el amor que pasa la prueba de la hechicería, de la confusión y la duda, y también de las bocinas mal ecualizadas, los accesos incómodos para el público y un pequeño incendio originado por la pirotecnia que permaneció unos momentos en el islote de Aus van der Ruten y que fue apagado discretamente por alguien que llegó con un extintor.