Jungiano demasiado jungiano
Antes de quejarse de que no exista lo fantástico en este mundo deténganse a pensar. A fin de cuéntas, ¿qué es un unicornio? ¿Qué es un pegaso? Un caballo con un cuerno, un caballo con alas.
Ahora prendan el discovery channel, existen animales veinte veces más putamadre raros que un unicornio o un pegaso. ¿Telequinesis? Veinte procesos biológicos más putamadre locos que comunicarse de mente a mente. ¿La oscuridad? Los horrores de cualquier guerrilla africana o latinoamericana (exceptuando a nuestros queridos guerrilleros pacifistas) superan por mucho las huestes de Sauron. Es más, ya que estamos en eso hay personas veinte veces más putamadre horribles que un orco.
¿Cuál es entonces lo atractivo de lo fantástico?
No todo lo que no está presente puede calificar como tal. La clase de todas las clases que no se contienen a sí mismas o el peluquero que rasura a todos los que no se rasuran solos no son seres fantásticos, tan sólo paradojas.
Lo fascinante de lo fantástico es que siempre está a la vuelta de la esquina. El demonio siempre está esperando en las sombras en una noche de luna llena pero nunca salta, la espada siempre está lista para que la desenterremos pero nunca hace falta.
Es como un extraño esquema que llevamos a cuestas.
Ahora prendan el discovery channel, existen animales veinte veces más putamadre raros que un unicornio o un pegaso. ¿Telequinesis? Veinte procesos biológicos más putamadre locos que comunicarse de mente a mente. ¿La oscuridad? Los horrores de cualquier guerrilla africana o latinoamericana (exceptuando a nuestros queridos guerrilleros pacifistas) superan por mucho las huestes de Sauron. Es más, ya que estamos en eso hay personas veinte veces más putamadre horribles que un orco.
¿Cuál es entonces lo atractivo de lo fantástico?
No todo lo que no está presente puede calificar como tal. La clase de todas las clases que no se contienen a sí mismas o el peluquero que rasura a todos los que no se rasuran solos no son seres fantásticos, tan sólo paradojas.
Lo fascinante de lo fantástico es que siempre está a la vuelta de la esquina. El demonio siempre está esperando en las sombras en una noche de luna llena pero nunca salta, la espada siempre está lista para que la desenterremos pero nunca hace falta.
Es como un extraño esquema que llevamos a cuestas.