Tuesday, December 25, 2007

Feliz navidad

Desde hace unos años que estoy con esto del blog tengo una polémica permanente con Cavallazzi. Él siempre ha sido un gran crítico de la navidad, por pensar que se trata de una festividad carente de significado y cuya única virtud es fomentar la economía. Yo en cambio era una gran defensor de la navidad secular... Así es, lo que para algunos puede sonar como un oxímoron para otros es una realidad. Hace poco vi a una querida amiga, atea, hija de padres ateos, que siempre ha festejado la navidad y que ahora sus hermanos -ateaos- viajan con espos@s (¡@!) para celebrar una navidad atea. Bueno, pues aunque no fui criado como ateo, en algún momento de mi vida defendí esa navidad de pistas de hielo temporales (jóvenes lectores, les aseguro que la del zócalo no es la primera), jazz (Frank Sinatra y los Squirrel Nut Zippers son un must) y decoración roja y verde; esa navidad de osos polares de Coca Cola, cuentos del Dr. Zeuss y especiales de navidad de todas las caricaturas (el de Peanuts, es otro must.) En fin, la única navidad que podría conocer un niño consentido y agringado como yo. Sin embargo, partiendo de que el capitalismo avanzado no es una cosa que se terminará de una manera tan fácil como boicoteando la navidad, no le encontraba sentido a la objeción de mi cuate... ¿qué tiene de malo aumentar la convivencia y crear un ambiente más lúdico durante una determinada época del año? El 23-24-25 de diciembre es el día que amanece después de la noche más larga del año, por lo que existe una festividad transcultural (incluída la cultura nahautl) en estos días. Por eso los cristianos escogieron arbitrariamente el 25 de diciembre, por la dificultad de opacar las fiestas paganas (un argumento más para los enemigos de la navidad, pero también para los amigos seculares.)
En cuanto al consumismo, no sólo el gasto "activa la economía" como dice Cavallazzi (en el fondo sí aumenta la renta, aunque reduce el crecimiento a largo plazo), sino que en propuestas económicas alternativas, como la de Silvio Gesell, los problemas de desigualdad se resolverían si en vez de acumulación de riqueza el dinero perdiera su valor en un determinado tiempo y quienes ganaran más se vieran en la necesidad de gastarlo todo.
¿Qué más podría decir? La historia cultural de la navidad, va mucho más allá de Mickey Mouse; basta pensar en los villancicos de Bach, por ejemplo, capaces de enaltecer el espíritu fuera de un contexto de culto (ya Agustín advertía contra la música sacra, por ser capaz de distraer de la contemplación divina al producir placer estético.)
En última instancia el buen Cava no podía argumentar contra mis años acumulados de buenos recuerdos y mis buenos sentimientos hacia la navidad. Sin embargo desde un punto de vista moral, tenía razón en denunciar la exhuberancia, y la locura colectiva, y especialmente el capricho de tener "sentimientos navideños" sólo con pretexto de las fiestas decembrinas.

Aún dándole la razón, contra la postura "anti-navidad" de algunos yo pienso que un cristiano puede tener una visión auténticamente religiosa de la vida sin denunciar las fiestas navideñas como una hipocrecía. En cuanto a la arbitrariedad, si fuera un verdadero impedimento, no existirían ritos en -prácticamente- ninguna religión. Finalmente, si la navidad deja ver tantos vicios de la vida contemporánea, ¿no es justamente una buena ocasión para predicar el cristianismo? Yo no soy cristiano, y al igual que muchos cristianos no merezco ser llamado de tal modo sólo porque en alguna oficina haya un acta de bautismo con mi nombre en algún lado y porque quizá mi abuela tenga entre bolas de naftalina mi ropón. Tampoco creo en las cosas que cree un cristiano. Sin embargo, entre la navidad de Walt Disney y la que representó Francisco de Asís (devoto de la navtivitas) en Greccio, me quedo sin pensarlo con la segunda. (Kierkegaard en un sermón de año nuevo sugirió que nadie debería hablar de "tener fe", pues representaría un acto de soberbia para quien lo dijera y excluiría de manera triste a quien careciera de ella. Por eso todos deberíamos decir que estamos "a la espera de la fe", pueden buscar la traducción publicada por Luis Guerrero). Si mi postura es comodina, hipócrita o contradictoria, mis amigos seguramente no me dejarán vivir en el engaño, e hincarán el diente en la llaga hasta que sea necesario (esta expresión yuxtapuesta denota el método mayéutico).

Termino con un bonito cuento de Tolstoi, que pocos de mis alumnos y amigos saben apreciar. Supongo que es difícil ver más allá de la cursilería. Por si alguno no lo conoce y quiere darle una oportunidad lo copio íntegro. No es un cuento de navidad, aunuqe sospecho que eso lo hace más ad hoc con lo que he dicho en este post. Espero que pasen una feliz navidad, y si no al menos que descansen en estas vacaciones.


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El zar y la camisa

Un zar, hallándose enfermo, dijo:
--¡Daré la mitad de mi reino a quien me cure!
Entonces todos los sabios se reunieron y celebraron una junta para curar al zar, mas no encontraron medio alguno.
Uno de ellos, sin embargo, declaró que era posible curar al zar.
--Si sobre la tierra se encuentra un hombre feliz --dijo--, quítesele la camisa y que se la ponga el zar, con lo que éste será curado.
El zar hizo buscar en su reino a un hombre feliz. Los enviados del soberano se esparcieron por todo el reino, mas no pudieron descubrir a un hombre feliz. No encontraron un hombre contento con su suerte.
El uno era rico, pero estaba enfermo; el otro gozaba de salud, pero era pobre; aquél, rico y sano, quejábase de su mujer; éste de sus hijos; todos deseaban algo.
Cierta noche, muy tarde, el hijo del zar, al pasar frente a una pobre choza, oyó que alguien exclamaba:
--Gracias a Dios he trabajado y he comido bien. ¿Qué me falta?
El hijo del zar sintióse lleno de alegría; inmediatamente mandó que le llevaran la camisa de aquel hombre, a quien en cambio había de darse cuanto dinero exigiera.
Los enviados presentáronse a toda prisa en la casa de aquel hombre para quitarle la camisa; pero el hombre feliz era tan pobre que no tenía camisa.

9 Comments:

Blogger Emilio said...

El cuento de Tolstoi le gustaba contarlo a AMLO, cuando estaba en campaña. Sintetizaba bien su filosofía, decía él, ja ja.
Feliz Navidad!

5:47 PM  
Blogger Tormentas said...

a los cuasi monetaristas también nos edifica, feliz navidad!

9:15 PM  
Blogger Guillermo Núñez said...

¡Me voy a Disney!

9:17 PM  
Blogger Ambrosio Cajinas said...

Yo nunca crecí agringadamente, pues soy hijo de dos familias peculiares: una, española franquista y otra ranchera duranguense. A mí no sólo no me traía nada santa clos, sino que mi papá, y toda su familia, despreciaba y sigue despreciando a ese lonjudo personaje bajo la especie de que es una gringada; por parte de la familia de mi mamá, el santa clos era una cosa relativamente desconocida: como que en el desierto no venía mucho al caso ese costal de grasa. La navidad la celebré siempre como fiesta religiosa. Lo sigo haciendo, por cierto. Sin embargo, aunque el gordinflón sigue sin agradarme, disfruto mucho del tiempo navideño, con sus foquitos, arbolitos y desfiles. Hasta llegan a conmoverme a veces todas esas gazmoñerías laícas que se repiten estas fechas. Eso sí: no tolero tener que comprar regalos. En mi casa nunca se compraron regalos para navidad: no había intercambios ni nada de eso; pero desde que empecé a tener novias me he visto en la horrible necesidad de ir a sobrecargar mi targeta de crédito en estas fechas - ninguna de ellas ha entendido que yo no regalo cosas en navidad y que eso no significa nada.

En fin: Feliz Navidad.

11:19 PM  
Blogger Sofía said...

a mí me dicen que me dejará de salir sangre cuando deje de picarme la nariz.

Y me gusta dar regalos, este año le di a toda mi familia y no recibí nada.

Saludos.

11:10 PM  
Blogger Alejo Cava said...

Se me quitó un poquito lo Grinch por dos cosas.

Primero descubrí que mi crítica anti-navideña no era mía sino colombiana. Acá hay una fuerte resistencia a entregarle el poder de repartir regalos a San Nicolas de Bari (alias Santa Claus), en Colombia el niñito Jesús es el que da los regalos, los niños le mandan la carta a él, Papá Noel es quien los entrega nada más, es el mensajero. Este asunto de potestades tiene una lectura metafórica, en Colombia la gente se resiste fuertemente a secularizar la navidad. Mi crítica contra-cultural de años y años resulto ser igualmente cultural (Ouch). Se me cayó el Show, pero por algún motivo me dió gusto que así fuera, de pronto, no es tan malo tener menos razones para no querer a la navidad.

El segundo motivo por el que me "desagrinché" fue un comentario lateral que hizo precisamente Miguel Tormentas. Hablando sobre los estadios existenciales de Kierkegaard, MT hizo una metáfora convincente que no tenía que ver con la disputa navideña en ese momento ý así lo expuso...

El estadio estético es cuando esperas la navidad con la inocencia (o inmediatez) de los niños.
El estadio ético es cuando te das cuenta cual adolescente rabioso (o Cavallazzi anti-navideño) que todo es una arbitrariedad cultural, y criticas eso, si acaso la celebras es por deber o tradición social.
El estadio religioso es cuando sabes que es una arbitrariedad y todo eso, sin embargo puedes disfrutarla como un niño a pesar de la reflexión por que observas que la navidad no tiene un valor por sí misma, sino por que cada uno se lo da, lo que hace que sea navidad no es que sea 25 de Diciembre sino que la gente la celebra, si la cambiaran a Julio sería igualmente navidad, es decir en esta etapa vuelves a una "segunda inmediatez".

Justamente, creo que la discusión quedó bastante enriquecida, la postura de Tormentas está más receptiva a la crítica anti-secular/consumista, y espero yo haber obtenido una posición tan razonada como él y no desestimar una fiesta por completo, pues da ocasión a que las familias se reunan y a la reflexión a pesar del materialismo.

Pueden ver como ha cambiado nuestras posturas año con año en los blogs.

En fin, gracias a MT por la discusión y a gracias a todos por leerlo.

¡Les deseo Felices fiestas!
¡Que si ustedes no la celebran, entonces no hay!

11:16 AM  
Blogger Minerva said...

Mi odio hacia el capitalismo hace que no pueda ver mas alla.
Digamos que el ''algun momento'' de mi vida lo tuve todo, materialmente todo, y justo ahora, soy feliz con mi sencillo arco de tensar, disparando blancos en cualquier parque...

4:18 PM  
Blogger Emmanuel said...

Los tres estadios se parecen a los 3 niveles de conciencia que alguna vez desarrollamos una buena amiga y yo en una plática, y que (después nos enteramos) también habían sido desarrollados por un tal Nicolás de Cusa. Creo.

Respecto a lo que dices que dice Kierkegaard sobre la fe... no sé. Primero, no entiendo cómo una declaración de que uno mismo es el sujeto podría no excluir a los demás. Después, sí puede hablarse de tener fe porque ésta es una virtud, y como tal puede ya tenerse y practicarse, o bien, claro, buscarse. Por otro lado, también se dice que más bien es un don (del Espíritu Santo), lo que sí permitiría el apunte de la soberbia.

En fin, yo también tengo muy buenos recuerdos navideños pero más locales: la última posada, el arrullo del niño Dios por todos los niños (de la familia y de la vecindad donde vive mi abuelita), los abrazos, el brindis y las breves palabras que dice cada uno... y los cohetes, que en realidad nunca me han gustado :S

11:32 AM  
Blogger In said...

Qué bonito cuento. Se lo contaré a mis gringos hijos. Una de ellas se llamará Chelsea, y con gusto recibirá al buen Santa.

10:22 PM  

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