Todos somos muggles

Esta es mi teoría acerca de Harry Potter. Hogwarts (como se escriba) representa la percepción y las fantasías del inglés (o americano y sobre todo escocés) de cómo es la educación de las clases altas en un internado.
Para el hombre común, el croquet y el polo son deportes tan rebuscados como para el espectador de Harry Potter el quiditch; y las clases sobre hechizos mágicos tan exóticas como el latín o la geometría euclidiana que llevan los niños ingleses internados en el Eton College.
Hogwarts es la exageración de un mundo mágico y maravilloso que sí existe, el de las clases altas británicas que excluirán siempre al anglosajón promedio.


Ad hominem circunstancial o abusivo, quizá ambos

Hace poco discutía con alguien, hablando sobre el matrimonio, la tesis de que en general la realidad es continua de suyo*, pero que por conveniencia en algunos aspectos la hacemos contigua, a veces simplemente de manera nominal, a veces con implicaciones prácticas; y la mayoría de las veces respetando la continuidad de la vida y simplemente utilizando los conceptos como guías.
Mi interlocutor me responde que le "parece que pienso así por el modo como me educaron" pero que no está de acuerdo. No sé si la postura que defiendo sea la correcta, pero creo que merezco un diálogo en el que se me cuestione racionalmente y no simplemente que me desacrediten con un argumento de poder. Especialmente me escandalice que alguien se considere tan evidentemente dentro de la verdad como para considerar de entrada irracional o convencionalista cualquier postura distinta a la propia.

* (Heráclito wins, a fatality, [gritos de Parménides])