Hey Jude
Judas había amado al Maestro como pocos hombres llegan a amar a sus hijos, a sus mujeres, a sus dioses. Desde el principio lo siguió sin reservas. Jesús se escondía detrás de las cortezas de los árboles, se dejaba rodar por las lomas. Y todo tenía sentido, y los hombres caían como pescados ante sus palabras y se lanzaban tras él. Siempre nuevo, siempre fresco. A veces sólo se sentaba a contar historias, a veces salía durante la noche al monte y su rostro daba miedo.
Pero unos días antes de entrar en Jerusalén Judas empezó a detectar los cambios. Parecía que una secreta coherencia se escondía ya detrás de sus palabras, que las cuidaba como si fueran piedras preciosas. A medida que aumentaban los seguidores las enseñanzas comenzaban a ser coherentes, los relatos adquirían un significado que se podía transmitir de boca en boca como vulgar habladuría.
El loco que algún día adoró parecía ya contaminado por las discusiones con griegos y rabinos. Antes de que fuera demasiado tarde lo entregó, pues Judas sentía una aberración por la historia y deseaba con todo el corazón que su amigo pasara desapercibido.
2 Comments:
Playboy es una invención de Judas
Ya lo dijo Kazantzakis, la historia redimirá a Iscariote.
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