Uno de esos idiotas que no pasarán a la historia
Cuando tenía como 12 años mis padres comenzaron a recibir gratuitamente un catálogo de libros cada mes. En aquellos tiempos cuando no existía Amazon, y siendo la venta de libros por catálogo cosa muy rara en México, tener ese folletito gringo todos los meses podía resultar muy fresco. Ahí vi una reseña de un libro de poemas llamado "Falling Up", al final de la cual se incluía el poema principal:
I tripped upon my shoelace
And I fell up-
Up above the roof tops,
Up over the town,
Up past the tree tops,
Up over the mountains,
Up where the colours,
Blend into the sounds.
But it got me so dizzy,
When I looked around,
I got sick to my stomach
And I threw down.
Un poema ingenuo, escapista, que juega con el lenguaje y que tiene un gran punchline. Perfecto para mí. Tan perfecto que lo recordé unos tres años después, en un viaje familiar a USA, pues reconocí el dibujo -del autor- de la portada en un ejemplar abandonado en la sección de juguetes del famosísimo retailer Target. Tras hojear algunos poemas, no me animé. Era un libro para niños y no tenía el valor para llevarlo.
Hace poco wikipediando di con el autor Shel Silverstein. Distintas personas lo recuerdan por distintos motivos, muchos por haber escrito la canción "They call me Sue", por la que Johnny Cash ganó el Grammy y con la que sacaba siempre risas del público. Quizá sea el único compositor que logró dejar huella en dos tradiciones folk, porque agregó "The Unicorn" al repertorio de drinking songs irlandesas.
Además de compostior, como intérprete sacó varios discos.
Otros lo recuerdan como cartonista de Playboy, donde trabajó dibujando varios años bajo el ala de Hugh Hefner (quien lo trajo a la revista). También ahí escribía, fue ahí donde publicó una versión completa de la historia de Hamlet en rap (1998, un gran año), acompañado de sus dibujos tétricos al estilo de Edward Gorey :
"To be or not to be? That’s the fuckin’ question
That’s givin’ me migraines and indigestion.
[...]
Ophelia says, "Hey, you don’t fool me a bit,
You’re fakin’ all this psycho shit,
‘Cause if you’re insane you don’t have to kill the king,
Or marry me or do any damn thing."
Ham says, "Hey, go bake a cake, or give your booty a shake,
Or take a jump in the motherfuckin’ lake –"
Well, that’s where he made another fatal mistake.
Y’see he didn’t really mean for the bitch to do it,
But she’s gone like a flash, and run, jump, splash,
She’s floatin’ and bloatin’ ‘fore anybody knew it."
También resaltan su culto a los libros y su excesivo cuidado en las ediciones que publicaba (él mismo tenía que escoger el papel y el tamaño, que el libro fuera bonito era esencial para la poesía).
Sin embargo, volviendo a lo que empecé, de los pocos que lo recuerdan la mayoría es por los libros ilustrados de poemas para niños que publicó. Supongo que muchos recordarán algún poema o varios así como yo me acordé durante años de aquella joya intraducible que cité al principio de este post. Enemigo de los fotógrafos y de la prensa, supongo que Shel Silverstein no tenía problemas con la idea de que su nombre quedara en el olvido. A sus palabras también algún también se las llevará el viento, pero antes -esperemos- serán repetidas muchas veces; pues al igual que a Yorick vale la pena desenterrarlo, no tanto para reflexionar sin para acordarse de él y reir un rato.
I tripped upon my shoelace
And I fell up-
Up above the roof tops,
Up over the town,
Up past the tree tops,
Up over the mountains,
Up where the colours,
Blend into the sounds.
But it got me so dizzy,
When I looked around,
I got sick to my stomach
And I threw down.
Un poema ingenuo, escapista, que juega con el lenguaje y que tiene un gran punchline. Perfecto para mí. Tan perfecto que lo recordé unos tres años después, en un viaje familiar a USA, pues reconocí el dibujo -del autor- de la portada en un ejemplar abandonado en la sección de juguetes del famosísimo retailer Target. Tras hojear algunos poemas, no me animé. Era un libro para niños y no tenía el valor para llevarlo.
Hace poco wikipediando di con el autor Shel Silverstein. Distintas personas lo recuerdan por distintos motivos, muchos por haber escrito la canción "They call me Sue", por la que Johnny Cash ganó el Grammy y con la que sacaba siempre risas del público. Quizá sea el único compositor que logró dejar huella en dos tradiciones folk, porque agregó "The Unicorn" al repertorio de drinking songs irlandesas.
Además de compostior, como intérprete sacó varios discos.
Otros lo recuerdan como cartonista de Playboy, donde trabajó dibujando varios años bajo el ala de Hugh Hefner (quien lo trajo a la revista). También ahí escribía, fue ahí donde publicó una versión completa de la historia de Hamlet en rap (1998, un gran año), acompañado de sus dibujos tétricos al estilo de Edward Gorey :
"To be or not to be? That’s the fuckin’ question
That’s givin’ me migraines and indigestion.
[...]
Ophelia says, "Hey, you don’t fool me a bit,
You’re fakin’ all this psycho shit,
‘Cause if you’re insane you don’t have to kill the king,
Or marry me or do any damn thing."
Ham says, "Hey, go bake a cake, or give your booty a shake,
Or take a jump in the motherfuckin’ lake –"
Well, that’s where he made another fatal mistake.
Y’see he didn’t really mean for the bitch to do it,
But she’s gone like a flash, and run, jump, splash,
She’s floatin’ and bloatin’ ‘fore anybody knew it."
También resaltan su culto a los libros y su excesivo cuidado en las ediciones que publicaba (él mismo tenía que escoger el papel y el tamaño, que el libro fuera bonito era esencial para la poesía).
Sin embargo, volviendo a lo que empecé, de los pocos que lo recuerdan la mayoría es por los libros ilustrados de poemas para niños que publicó. Supongo que muchos recordarán algún poema o varios así como yo me acordé durante años de aquella joya intraducible que cité al principio de este post. Enemigo de los fotógrafos y de la prensa, supongo que Shel Silverstein no tenía problemas con la idea de que su nombre quedara en el olvido. A sus palabras también algún también se las llevará el viento, pero antes -esperemos- serán repetidas muchas veces; pues al igual que a Yorick vale la pena desenterrarlo, no tanto para reflexionar sin para acordarse de él y reir un rato.
1 Comments:
Yo aprendí a tocar the boy named sue hace algunos días.
Es un sentimiento de amor-odio que las cosas se conecten no se por qué.
¡Recuerda lo que precisas!
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