Mis primeros 10 libros de filosofía
La pregunta es importante, porque la filosofía es mi profesión. Una curiosidad que pueden notar es que no hay ningún libro de lógica porque se terminaron antes de que pudiera comprar uno en la coordinación.
Intentaré recordarlos:
1- El Mundo de Sofía: Tenía unos 14 años. Lo tomé de un estante de Sanborns porque me llamó la atención la dureza de la pasta y el color. Le pedí a mi papá que me lo comprara porque leí unas partes del principio y hablaba sobre el significado del yo y sobre robots.
2-Los Diálogos de Platón: 16 años. No he leído todos los diálogos de Platón. Ni siquiera todos los que vienen en ese volúmen de Porrúa que todo-mundo-debe-tener-en-un-rincón-de-su-casa-empolvándose, el cual tiene aproximadamente el 70% de los diálogos. Bueno pues ni siquiera esos he leído, pero ese libro lo tuve que usar para leer la apología de Sócrates en la clase de lógica de cuarto. Recuerdo que mi maestro dijo que no existía tema alguno sobre el que no hubiera escrito Platón, y que eso me impresionó muchísimo. A veces me da la impresión de que es verdad.
3- La Suma Teológica: 16 años. Bueno, en realidad es un pequeño resumen de la suma teológica, de editorial Espasa-Calpe. Seguro los han visto, son los libros clásicos y baratos más famosos después de Porrúa, tienen a un carnero como símbolo. Bueno pues este libro estaba organizado por preguntas sencillas con respuestas de media cuartilla. Trataba cuestiones sobre Dios, y los ángeles, y el hombre como criatura divina. Ese libro lo compré porque me gustaba mucho la colección Austral de Espasa Calpe (eso sí es un misterio, no los de Tomás de Aquino) y porque me interesaron las clases de religión de la escuela. Yo nunca había estudiado en una escuela religiosa, y para mí todo eso era algo como de emotividad, encontrarme con reflexiones racionales sobre la existencia de Dios me impresionó mucho.
4- Rousseau: 16 años. Un pequeño librito, casi un folleto, de esos mini-libros del Fondo de Cultura. Era sobre algo de la revolución. Nunca lo leí, me lo encontré ayer buscando un libro sobre karate y por eso me acuerdo.
5- Las 4 nobles verdades: 16 años. Para no ser eurocentrista, considero parejo a la filosofía oriental. Y si no debe estar un libro de budismo por ser religioso deberíamos quitar también la Summa. Éste es un libro escrito por el Dalai Lama actual que nunca recuerdo si es XIV o XVI (creo que 14). No estoy seguro si es una conferencia, pero en definitiva es un escrito de divulgación. Hasta ese momento fue mi contacto más serio con el budismo, lo leí y releí varias veces intentando comprenderlo, no porque fuera muy "profundo" sino por mi falta de vagaje cultural.
6- Introducing Nietzsche: 16-17 años. Un libro de esos para principiantes, años antes de que empezaran a salir en México. Mi mamá lo compró para alguna clase de su licenciatura (estudiaba letras inglesas) y yo me lo encontré. Este pequeño libro me puso frente a ideas completamente novedosas para mí. Me llevó, además, a comprar unos cuantos meses después....
7- El Anticristo: A base de releerlo creo que llegué a entender algunas cosas, pero en general el libro estaba más allá de mi nivel. Este libro -recomendable para alguien interesado en Nietzsche más que para alguien interesado en la filosofía- me puso en contacto con algunas ideas interesantes, pero sobre todo con la actitud de pensar que todos-son-unos-estúpidos, por la cual todo filósofo en ciernes tiene que pasar. Respecto a las cosas malas, me créo prejuicios en contra de Kant (a quien ni siquiera leyó directamente Nietzsche) y las epístolas de San Pablo. El segundo prejuicio todavía lo acarreo, ya que apenas las he leído pero describía Nietzsche con tanto detalle su perversión que todavía me da escalofríos.
8- El Discurso del Método: 17 años. Me pareció muy interesante. Hoy ne cuesta trabajo pensar por qué un chico de 17 años encontraría eso interesante. Me lo dejó leer mi maestro de ética. Curiosamente ese librito bastó para crearme un espíritu "moderno" durante muchos años, donde todo se debe proceder argumento por argumento, y todo se demuestra o se refuta de una manera casi apodíctica.
9- Ética para Adolescentes Posmodernos: 17 años El libro de texto de mi curso de ética. Escrito por Héctor Zagal, quien habría de ser mi profesor de historia de las culturas el siguiente año. Fue un contacto mucho más fuerte con la historia de la filosofía que cuando leí el mundo de Sofía, pues Zagal tendía más a poner los argumentos principales de manera simple que a irse por lo anecdótico. A pesar de tener sus debilidades, el libro expone el utilitarismo Jeremy Bentham y Eros y Civilización de Marcuse. ¿Quién trata a los adolescentes hoy en día con tanto respeto?
10- El existencialismo es humanismo: 17 años. Es un pequeño panfleto de Sartre, que desgraciadamente me llevó a comprar un libro que durante años no pude entender ("El ser y la nada"), y que cuando entendí vi que no valía tanto la pena.(Fuera de broma, uno de los motivos por los que estudié filosofía fue porque me daba coraje no entender El Ser y la nada) Me llamaba la atención eso del "existencialismo". Bueno, pues ese pequeño panfleto me hizo perder la tuerca y también fue muy influyente para mí.
Antes de terminar la preparatoria leí de Nieztsche Así habló Zarathustra, Genealogía de la Moral, y el Crepúsculo de los Ídolos. También El Príncipe, de Maquiavelo, un escrito pequeño sobre Séneca de la brevedad de la vida de mi profeosr de Historia de las culturas, un libro de introducción a la filosofía (¿Qué es la filosofía?) que fue lo único que leí en todo mi curso de historia de la filosofía (ese libro lo leí en el consultorio esperando a mi ocupado neurólogo, requiescat).
En ese tiempo había mucho menos divulgación filosófica que ahora. Es muy bonito que exista ya "Philosophy for dummies", y la filosofía de los simpsons o matrix. Ahora lo que falta es calidad en la divulgación filosófica, y precisamente para eso he dedicado mis ratos libres en las últimas semanas a trabajar en un libro de introducción a la filosofía. Sabrán de ello pronto, en este blog.
Intentaré recordarlos:
1- El Mundo de Sofía: Tenía unos 14 años. Lo tomé de un estante de Sanborns porque me llamó la atención la dureza de la pasta y el color. Le pedí a mi papá que me lo comprara porque leí unas partes del principio y hablaba sobre el significado del yo y sobre robots.
2-Los Diálogos de Platón: 16 años. No he leído todos los diálogos de Platón. Ni siquiera todos los que vienen en ese volúmen de Porrúa que todo-mundo-debe-tener-en-un-rincón-de-su-casa-empolvándose, el cual tiene aproximadamente el 70% de los diálogos. Bueno pues ni siquiera esos he leído, pero ese libro lo tuve que usar para leer la apología de Sócrates en la clase de lógica de cuarto. Recuerdo que mi maestro dijo que no existía tema alguno sobre el que no hubiera escrito Platón, y que eso me impresionó muchísimo. A veces me da la impresión de que es verdad.
3- La Suma Teológica: 16 años. Bueno, en realidad es un pequeño resumen de la suma teológica, de editorial Espasa-Calpe. Seguro los han visto, son los libros clásicos y baratos más famosos después de Porrúa, tienen a un carnero como símbolo. Bueno pues este libro estaba organizado por preguntas sencillas con respuestas de media cuartilla. Trataba cuestiones sobre Dios, y los ángeles, y el hombre como criatura divina. Ese libro lo compré porque me gustaba mucho la colección Austral de Espasa Calpe (eso sí es un misterio, no los de Tomás de Aquino) y porque me interesaron las clases de religión de la escuela. Yo nunca había estudiado en una escuela religiosa, y para mí todo eso era algo como de emotividad, encontrarme con reflexiones racionales sobre la existencia de Dios me impresionó mucho.
4- Rousseau: 16 años. Un pequeño librito, casi un folleto, de esos mini-libros del Fondo de Cultura. Era sobre algo de la revolución. Nunca lo leí, me lo encontré ayer buscando un libro sobre karate y por eso me acuerdo.
5- Las 4 nobles verdades: 16 años. Para no ser eurocentrista, considero parejo a la filosofía oriental. Y si no debe estar un libro de budismo por ser religioso deberíamos quitar también la Summa. Éste es un libro escrito por el Dalai Lama actual que nunca recuerdo si es XIV o XVI (creo que 14). No estoy seguro si es una conferencia, pero en definitiva es un escrito de divulgación. Hasta ese momento fue mi contacto más serio con el budismo, lo leí y releí varias veces intentando comprenderlo, no porque fuera muy "profundo" sino por mi falta de vagaje cultural.
6- Introducing Nietzsche: 16-17 años. Un libro de esos para principiantes, años antes de que empezaran a salir en México. Mi mamá lo compró para alguna clase de su licenciatura (estudiaba letras inglesas) y yo me lo encontré. Este pequeño libro me puso frente a ideas completamente novedosas para mí. Me llevó, además, a comprar unos cuantos meses después....
7- El Anticristo: A base de releerlo creo que llegué a entender algunas cosas, pero en general el libro estaba más allá de mi nivel. Este libro -recomendable para alguien interesado en Nietzsche más que para alguien interesado en la filosofía- me puso en contacto con algunas ideas interesantes, pero sobre todo con la actitud de pensar que todos-son-unos-estúpidos, por la cual todo filósofo en ciernes tiene que pasar. Respecto a las cosas malas, me créo prejuicios en contra de Kant (a quien ni siquiera leyó directamente Nietzsche) y las epístolas de San Pablo. El segundo prejuicio todavía lo acarreo, ya que apenas las he leído pero describía Nietzsche con tanto detalle su perversión que todavía me da escalofríos.
8- El Discurso del Método: 17 años. Me pareció muy interesante. Hoy ne cuesta trabajo pensar por qué un chico de 17 años encontraría eso interesante. Me lo dejó leer mi maestro de ética. Curiosamente ese librito bastó para crearme un espíritu "moderno" durante muchos años, donde todo se debe proceder argumento por argumento, y todo se demuestra o se refuta de una manera casi apodíctica.
9- Ética para Adolescentes Posmodernos: 17 años El libro de texto de mi curso de ética. Escrito por Héctor Zagal, quien habría de ser mi profesor de historia de las culturas el siguiente año. Fue un contacto mucho más fuerte con la historia de la filosofía que cuando leí el mundo de Sofía, pues Zagal tendía más a poner los argumentos principales de manera simple que a irse por lo anecdótico. A pesar de tener sus debilidades, el libro expone el utilitarismo Jeremy Bentham y Eros y Civilización de Marcuse. ¿Quién trata a los adolescentes hoy en día con tanto respeto?
10- El existencialismo es humanismo: 17 años. Es un pequeño panfleto de Sartre, que desgraciadamente me llevó a comprar un libro que durante años no pude entender ("El ser y la nada"), y que cuando entendí vi que no valía tanto la pena.(Fuera de broma, uno de los motivos por los que estudié filosofía fue porque me daba coraje no entender El Ser y la nada) Me llamaba la atención eso del "existencialismo". Bueno, pues ese pequeño panfleto me hizo perder la tuerca y también fue muy influyente para mí.
Antes de terminar la preparatoria leí de Nieztsche Así habló Zarathustra, Genealogía de la Moral, y el Crepúsculo de los Ídolos. También El Príncipe, de Maquiavelo, un escrito pequeño sobre Séneca de la brevedad de la vida de mi profeosr de Historia de las culturas, un libro de introducción a la filosofía (¿Qué es la filosofía?) que fue lo único que leí en todo mi curso de historia de la filosofía (ese libro lo leí en el consultorio esperando a mi ocupado neurólogo, requiescat).
En ese tiempo había mucho menos divulgación filosófica que ahora. Es muy bonito que exista ya "Philosophy for dummies", y la filosofía de los simpsons o matrix. Ahora lo que falta es calidad en la divulgación filosófica, y precisamente para eso he dedicado mis ratos libres en las últimas semanas a trabajar en un libro de introducción a la filosofía. Sabrán de ello pronto, en este blog.
1 Comments:
Qué gran tema. Me resulta muy curioso que me haya pasado lo mismo con Sartre. Leí también El existencialismo es un humanismo en 5o de prepa, cuando tenía 16 años, y quedé impactado. Conseguí el ser y la nada pero no entendí un carajo.
Ahora que hago memoria creo que fueron también los díálogos de Platón, en particular el Gorgias, versión Porrúa, mi primera lectura de filosofía. La primer lectura del curso de ética de 5o de prepa.
En ese curso leí un fragmento de la fundamentación de la metafísica de las constumbre que seguramente no entendí. Aunque no me quedó entonces tan claro que no lo entendí como en el caso del Ser y la Nada.
Ese mismo año me leí entera la historia de la filosofía de Ramón Xirau, de modo que me dí una idea general de la historia de la filosofía, lo cual sorprendió mucho a mi maestro de Ética (el lagarto), hasta el punto que me llenó de elogios.
Al año siguiente, en sexto de prepa, leí de nuevo a Platón: la República, enterita. Leí el discurso del método, que también me pareció interesantísimo. No sólo eso, quedé francamente consternado con el argumento del cógito. En el fondo pensaba que el argumento era incorrecto, pero me parecía inatacable. Leí el proslogion de Anselmo, y me sucedió lo mismo que con Descartes: no me convenció el argumento ontológico, aunque me pareciera también inatacable.
Mi maestro de doctrinas filosófica (Wiechers) me encomendó exponer a Tomás de Aquino, por lo que leí varios fragmentos de la suma teológica. Al maestro le encantó mi exposición y me recomendó dedicarme a la filosofía, lo cual no estaba en mis planes, porque yo quería dedicarme al dibujo. Pero sembró la inquietud. Al cabo de unos meses después leí Del sentimiento trágico de la vida de Unamuno. Por ese libro me incliné por estudiar filosofía. He vuelto a leer el tal libro más de diez años después, y me ha impactado más que entonces.
Nomás decir que la primera vez que leí a Hegel fue a los 18 años, en el primer año de la carrera. Leí las lecciones sobre filosofía de la historia. Me enganchó lo que en ese libro se decía sobre la trinidad, igualmente el hecho de que yo pensaba que Hegel habría radicalizado hasta el extremo el cogito cartesiano. Al año siguiente ingresé al seminario de Ignacio Palencia, en que dedicamos todo un año a leer el prólogo a la Fenomenología. No fue hasta la maestría que me hice hegeliano (en contra de mis más profundas intenciones). Nunca quise ser hegeliano, pero el tipo me acabó por convencer.
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